El presidenciable del Partido Liberal, Salvador Nasralla, volvió a denunciar un “fraude monumental” en las elecciones del 30 de noviembre, asegurando que los resultados enviados desde las Juntas Receptoras de Votos (JRV) fueron reescritos y no corresponden a lo transmitido oficialmente.
Ante decenas de militantes liberales reunidos en la sede del partido, Nasralla afirmó que esta noche presentará pruebas de cómo se habría manipulado el proceso con al menos 11 mil actas electorales. “Esto no es una teoría, se desactivaron los candados de validación”, reclamó, señalando que solo un escrutinio físico y manual de las actas puede dar claridad.
El candidato responsabilizó al sistema TREP, administrado por la empresa ASD, de vulnerabilidades que comprometieron los resultados. Incluso acusó que un técnico del proveedor accedió a credenciales privilegiadas y las entregó desde un despacho interno del CNE, lo que habría permitido manipular el conteo.
Nasralla denunció además la existencia de mesas con votos inflados, actas con descuadres numéricos y registros sin trazabilidad, reclamando que el Partido Liberal nunca tuvo acceso a credenciales internas. “El escrutinio especial está arreglado, el Partido Nacional tiene el control de la empresa ASD”, advirtió.
En medio de los reclamos, el presidenciable pidió una reunión de urgencia con la dirigencia del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL) para decidir si el partido se moviliza a las calles en defensa de lo que consideran “su gane” del proceso electoral.
“Mañana empieza el escrutinio especial, este también está arreglado, todas esas actas serán manipuladas y manoseadas igual que todas las demás. Aquí es simple: el control del CNE lo tiene el Partido Nacional a través de la compañía ASD. Nosotros queremos que se cuente voto por voto”, sostuvo Nasralla.
La decisión final sobre una eventual movilización quedará en manos de la dirigencia liberal, encabezada por la vicepresidenta Érika Urtecho y el tesorero del partido, quienes deberán definir la estrategia ante lo que Nasralla califica como un fraude sin precedentes.
