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Cómo Afecta el Narcotráfico y las Estructuras Criminales Internacionales a la Democracia en Honduras

El narcotráfico y las estructuras criminales internacionales representan una de las mayores amenazas a la democracia en Latinoamérica.

Por Juan Carlos Degrandez.  

Estas redes delictivas no solo financian actividades ilegales, sino que también erosionan la confianza en las instituciones democráticas, socavan el Estado de derecho y perpetúan ciclos de violencia y desigualdad. En un contexto donde las cifras de violencia vinculadas al narcotráfico superan los 150,000 homicidios anuales en la región, según datos de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), entender esta problemática es clave para proteger la democracia.

Las redes del narcotráfico tienen un objetivo claro: garantizar su impunidad y expandir sus operaciones. Para ello, invierten millones en cooptar a funcionarios públicos, jueces, policías, militares y obviamente a políticos. Por ejemplo, en México, el cártel de Sinaloa gastó aproximadamente $1,000 millones anuales en sobornos, según testimonios durante el juicio de Joaquín “El Chapo” Guzmán. Esta corrupción sistemática debilita el funcionamiento de las instituciones, transformándose en herramientas al servicio del crimen organizado.

Un caso paradigmático es el de Honduras, donde alcaldes, figuras políticas y jefes policiales, han sido acusados y evidenciados por su colaboración con narcotraficantes para facilitar el tráfico de drogas hacia Estados Unidos. Estas alianzas entre altos funcionarios y redes criminales no solo destruyen la confianza ciudadana, sino que también permiten que el crimen organizado influya directamente en las políticas nacionales.

El narcotráfico también afecta directamente a los procesos democráticos mediante la intimidación de votantes y candidatos. En Colombia, durante las elecciones locales de 2022, se reportaron más de 100 actos de violencia política relacionados con grupos armados ilegales, según la organización Indepaz. Estas acciones buscan controlar resultados electorales para instalar a candidatos cómplices o vulnerables a la corrupción.

Cuando los ciudadanos perciben que las instituciones están infiltradas o que los resultados electorales carecen de legitimidad, la participación en los comicios disminuye. Esta desafección fortalece a las redes criminales, que encuentran menos resistencia social y política para operar, también suele beneficiar al oficialismo cuando está debilitado y necesita que sus pocos votantes, sean los que se hagan presentes.

El narcotráfico también perpetúa la desigualdad económica al desplazar actividades legales y desincentivar inversiones en sectores productivos. En países como Venezuela, donde estructuras criminales conocidas como “planes” controlan regiones enteras, la economía ilegal se ha convertido en una alternativa para miles de personas. Sin embargo, esta dependencia fomenta la informalidad, limita el desarrollo sostenible y perpetúa la pobreza, creando un círculo vicioso que debilita las democracias.

El famoso “Cartel de los soles”, que lleva ese nombre por los militares venezolanos que están al control de producción y transporte de drogas, armas y trata de personas, ha tenido contacto con las Fuerzas Armadas de Honduras, al desarrollarse una visita el año pasado del exministro de defensa y autoridades militares a Venezuela, esto anterior ha dejado un fuerte mal sabor de boca a la opinión pública nacional e internacional.

En Venezuela, el dictador Nicolás Maduro se robó las elecciones con un fraude sin precedentes, con el respaldo de las autoridades de las fuerzas del orden, que no solo validaron los falsos resultados, también con una salvaje represión, atacaron al pueblo que salió a defender la democracia, estas no son buenas prácticas para aprender, no se debe olvidar que en Honduras, las Fuerzas Armadas quedan a disposición del Consejo Nacional Electoral y este proceso han buscado hasta tener un presupuesto independiente a este organismo.

En este contexto, el voto adquiere un valor crucial. Elegir a candidatos con trayectorias íntegras, es una de las formas más efectivas de combatir el avance del narcotráfico en las instituciones. Sin embargo, esto también implica una responsabilidad colectiva de exigir transparencia y rendición de cuentas.

Un ejemplo positivo es el de Uruguay, donde la corrupción gubernamental se mantiene en niveles bajos gracias a una combinación de instituciones fuertes, justicia independiente y ciudadanos activos. En 2021, el país ocupó el primer lugar en el índice de transparencia de América Latina, demostrando que es posible mantener un sistema político resistente al crimen organizado.

El fortalecimiento institucional es clave para combatir la infiltración del narcotráfico. Esto incluye la implementación de tecnologías que permitan la trazabilidad en procesos públicos, reformas en los sistemas judiciales para garantizar independencia y programas de protección para denunciantes y periodistas. Además, la cooperación internacional juega un rol esencial para desmantelar redes criminales transnacionales.

Por ejemplo, en Guatemala, la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) logró desarticular estructuras criminales dentro del gobierno entre 2007 y 2019, aunque su disolución demostró cómo la resistencia de las élites puede revertir avances, Honduras ya tuvo una misión contra la impunidad que fue expulsada por el congreso anterior y el actual gobierno incumplió la promesa de la CICIH.

El narcotráfico y las estructuras criminales internacionales no solo amenazan la seguridad de los ciudadanos, sino también los principios fundamentales de la democracia. En un momento crítico para Latinoamérica, la sociedad debe reconocer que el poder de su voto no radica solo en elegir a representantes, sino en rechazar la corrupción y el crimen organizado. Al mismo tiempo, es imperativo que las instituciones sean impermeables a estas influencias, garantizando la justicia y el bienestar colectivo.

La lucha contra estas redes criminales es también una lucha por la dignidad, el desarrollo y el futuro de la región. Por ello, la participación activa de los ciudadanos, el fortalecimiento institucional y la elección de líderes íntegros son pasos indispensables hacia una democracia genuina y sostenible.

La historia es importante, y sienta una base importante de información para encontrar los motivos de nuestra actual situación, pero es en la acción de cambio donde radican las oportunidades a futuro, la popular, pero intelectual frase que dice “Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados diferentes”, es obligatorio un profundo cambio en nuestro pensamiento, para alcanzar un mejor futuro.

Todo lo que ha ocurrido estos años, es lo que siempre pensamos que no nos iba a ocurrir, siempre votando por “El gordo” “El amigo de todos” “El Pepsi” o hasta por el “Carlón”, esta vez espero que tu voto, sea tan pensado, como cuando te están evaluando para un empleo, formación académica, experiencia, resultados, antecedentes y hasta la toxicología.

Un especial saludo a aquellos que están dispuestos a perder sus cargos, sus carreras y sus cómodas posiciones, todo por proteger nuestra patria ante las amenazas a nuestra débil democracia. ustedes realmente son mujeres y hombres en defensa de nuestro país.

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