Agentes de la Dirección Nacional Policial Antidrogas (DNPA), llevaron a cabo la erradicación de una plantación de arbustos de coca ubicada en la aldea Queseras, municipio de Iriona, departamento de Colón.

La plantación, que ocupaba unas cuatro manzanas de terreno, fue asegurada desde mayo de 2025, pero su erradicación se realizó hasta agosto, lo que plantea dudas sobre la capacidad de respuesta y seguimiento de las autoridades.
Además, el hecho de que una operación de esta magnitud haya pasado desapercibida durante meses evidencia la falta de control territorial del Estado en zonas clave del país, como el departamento de Colón, históricamente vinculado al narcotráfico.
Aunque la Dirección Nacional Policial Antidrogas (DNPA) y otras instituciones celebran la erradicación como un éxito, la realidad es que estas acciones son reactivas y no forman parte de una estrategia integral.
No hay evidencia de que se estén desmantelando las redes criminales detrás de estas plantaciones, ni que se esté atacando el financiamiento, la logística o la corrupción institucional que permite su existencia.

La presencia de cultivos de coca en Honduras, una planta que tradicionalmente no se cultivaba en el país, es una señal clara de que los grupos criminales están diversificando sus operaciones. Mientras tanto, el Estado sigue aplicando las mismas fórmulas fallidas de erradicación sin prevención, sin desarrollo alternativo y sin control institucional.
En lugar de fortalecer la inteligencia, la justicia y el desarrollo rural, se sigue apostando por operativos aislados que no resuelven el problema de fondo. La falta de inversión en educación, empleo y servicios básicos en zonas como Iriona deja a las comunidades vulnerables a la cooptación por parte del crimen organizado.
La erradicación de cultivos de coca en Colón no es una victoria, sino una advertencia de que el narcotráfico sigue avanzando mientras el Estado reacciona tarde y mal. La lucha contra las drogas no puede seguir siendo un espectáculo de prensa.
Requiere una política pública seria, integral y sostenida, que combine seguridad, justicia y desarrollo.