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Solo Cuba, Colombia, Irán, Nicaragua y Honduras se solidarizan con el narcodictador Nicolás Maduro

Solo Cuba, Colombia, Nicaragua, Irán y Honduras se solidarizan con Nicolás Maduro, luego que Estados Unidos lo designara como narcotraficante ofreciera 50 millones de dólares como recompensa por su captura.

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha generado una ola de críticas nacionales e internacionales tras expresar públicamente su respaldo al presidente venezolano Nicolás Maduro.

En un mensaje publicado en su cuenta oficial de X, Castro afirmó: “El Estado de Honduras rechaza de manera categórica las acusaciones formuladas contra el presidente Nicolás Maduro”, alineándose así con un reducido grupo de gobiernos —Cuba, Nicaragua, Irán, Bolivia y Colombia— que han salido en defensa del líder chavista, ignorando las graves acusaciones de narcotráfico y vínculos con organizaciones criminales como el Cártel de los Soles, el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa.

Este respaldo ha sido calificado por analistas como una muestra de alineamiento ideológico que pone en entredicho la política exterior hondureña.

En lugar de mantener una postura neutral o institucional, el gobierno de Castro ha optado por solidarizarse con un régimen señalado por múltiples organismos internacionales por violaciones a los derechos humanos, corrupción y vínculos con el crimen organizado.

La crítica se intensifica al considerar que la presidenta emitió esta declaración en nombre del Estado hondureño, sin consultar al Congreso ni al pueblo, lo que ha sido interpretado como una apropiación del aparato estatal para fines partidarios.

“Maduro no es un líder. Es un narcodictador”, expresó la congresista estadounidense María Elvira Salazar en respuesta al mensaje de Castro.

Mientras tanto, en Honduras, sectores opositores y ciudadanos han cuestionado la prioridad del gobierno en respaldar a figuras internacionales controvertidas en lugar de enfocarse en los problemas internos del país: pobreza, inseguridad, desempleo y corrupción. “Prioricen a Honduras, no a dictadores”, fue la respuesta del Partido Nacional ante la postura oficial.

La decisión de Castro no solo aísla a Honduras en el contexto internacional, sino que también debilita su credibilidad ante socios estratégicos como Estados Unidos y la Unión Europea. En un momento en que el país necesita cooperación y apoyo para enfrentar sus propios desafíos, este tipo de posicionamientos ideológicos podrían tener consecuencias diplomáticas y económicas.

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