Este viernes, la Dirección de Asuntos Disciplinarios Policiales (DIDADPOL) inició una investigación formal contra efectivos de la Policía Nacional de Honduras, luego de que un video difundido en redes sociales mostrara a una patrulla atropellando a un perro que descansaba sobre la vía pública en la comunidad de San Buenaventura.

La DIDADPOL, ha iniciado una investigación, pero el daño simbólico ya está hecho. En un país donde la violencia estructural y la impunidad son temas recurrentes, este incidente no puede ser tratado como un simple “error humano”.
La vida animal, especialmente en comunidades rurales y urbanas marginadas, merece respeto y protección, no indiferencia institucional.
Más allá del comunicado, lo que se exige es una revisión profunda del comportamiento operativo de los cuerpos de seguridad. ¿Qué protocolos existen para evitar este tipo de incidentes? ¿Qué formación reciben los agentes sobre empatía, convivencia y respeto por la vida?
Este caso no debe ser una nota pasajera. Debe convertirse en un punto de inflexión para exigir que el uniforme no sea excusa para la negligencia, y que el respeto por la vida —humana o animal— sea un principio activo, no solo un eslogan institucional.
La Policía Nacional emitió un comunicado lamentando profundamente lo ocurrido y asegurando que ya se ha establecido contacto con la Fiscalía del Ministerio Público para esclarecer las circunstancias del hecho y determinar las responsabilidades que correspondan conforme a la ley.
«Condenamos todo tipo de maltrato y crueldad hacia los animales», expresó DIDADPOL, reafirmando su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.
La institución policial también destacó que este hecho no representa los valores de sus agentes, muchos de los cuales han participado en labores de rescate y protección de fauna doméstica y silvestre. Reiteraron que la empatía, la compasión y el respeto por la vida son principios fundamentales que deben guiar el actuar de todo funcionario policial.