Hondumedios

Decadente representación sindical sucumbe ante dominio ideológico del gobierno y la voracidad del sector privado

Cada 1 de Mayo los hondureños celebramos el día consagrado a los hombres y mujeres que con su trabajo generan riqueza y sostienen la economía nacional.

Las grandes conquistas en materia laboral fueron grandes gestas que una dirigencia comprometida con los más nobles intereses de la clase asalariada.

El Código del Trabajo, la seguridad social, los sistemas de previsión, los contratos colectivos entre otros son la enorme herencia que las actuales generaciones recibimos de esos hombres y mujeres, que en su mayoría ya dejaron este mundo terrenal.

Las décadas de los años 70 y 80 fueron una dura época para esa dirigencia sindical que luchó bajo la amenaza, intimidación y represión de la denominada Doctrina de Seguridad Nacional y muchos se convirtieron en “mártires”.

Fueron años duros, pero, la valentía y el compromiso la dirigencia sindical se impuso y contribuyó a retomar a la ruta democrática. 

Declive

 Recordamos y hasta cierto grado añoramos el colorido y creatividad de la denominada “marcha del Primero de Mayo” en donde muchos salíamos a marchar y protestábamos por los atropellos contra la población, alto costo de vida, la corrupción y otros males endémicos que ha cruzado nuestra nación. 

Las letanías, los monigotes, las pancartas y los cantos eran la agradable previa al manifiesto de las Centrales Obreras que ponía a temblar hasta los gobiernos más déspotas y represores que dirigido los destinos de nuestra nación. 

Desgraciadamente hoy eso solo es un triste recuerdo de un pasado feliz, los hondureños hemos visto como esa dirigencia ha venido de más a menos hasta llegar a convertirse en verdaderas figuras decorativas sin mayor incidencia en los problemas gremiales y menos en la vida nacional.

Complicidad

La economía del país es controlada por una pequeña élite pudiente que ha acaparado los recursos de todos hasta convertir al Estado en su feudo privado; esta clase empresarial se mantiene estancada y subsiste por los leoninos contratos que han conseguido con una espuria clase política que le ha entregado el país a cambio de “las asquerosas 30 monedas o las migajas que caen de la mesa de amo”

También esa timorata empresa privada se nutre de comprar mano de obra barata, en el mejor de los casos, pagando un salario mínimo que se convierte en salario máximo y una infinidad de atropellos a los derechos de los trabajadores.

De lo anterior has sido cómplices dirigentes, sindicatos, centrales obreras que lejos de vigilar por mejores condiciones de vida para los obreros, están más interesados en las jugosas dietas vitalicias que reciben como eternos representantes en aquellas instituciones tripartas públicas o privadas.

Enajenación

Otro factor que juega en contra de los más caros intereses de los trabajadores es la enajenación política que vives los dirigentes obreros y sindicales, que ya no van a la calle a protestar por mejores condiciones laborales, la canasta básica, el sistema de salud y educación, la seguridad social y ciudadana y los derechos humanos, las masacres laborales y el acoso en que laboran los trabajadores.

Para esa enclenque dirigencia obrera en la Honduras de hoy, todo está cheque y el gobierno socialista-del que son militantes- nos tienen compitiendo en condiciones de vida y desarrollo humano con Finlandia, Suiza, Canadá o Noruega. 

Hoy las consignas son otras, hoy es importante congraciarse con el “comandante” y gritar a todo pulmón contra el bipartidismo, satanizar al capitalismo, solidarizarse con los regímenes dictatoriales de izquierda y maldecir a los Yankis.

La ideología izquierdista, marxista, socialista o Melista los ha envilecido y los tiene rumeando una verborrea acuñada por su amo y señor que goza al verlos repetir al dedillo, tal cual, “muñeco de ventrílocuo su trillada narrativa”.

Es tal la entrega de la clase sindical, que hemos conocido que, con fondos de los sagrados dineros de un sindicato, se financió la campaña política de un diputado oficialista y un alto funcionario “chancletudo”. 

Lucha de clase

La traída y llevada “lucha de clase” que promueven los admiradores de Fidel, también tiene eco en la triste realidad de los trabajadores.

Hoy cualquier neonato sindicalista disfruta una serie de beneficios y prerrogativas que lo diferencian de la gran mayoría de sus compañeros de trabajo, que si se esfuerzan y se ganan con el sudor de su frente al raquítico salario.

A los añejos y enraizados dirigentes obreros que mantiene verdaderas dictaduras al frente de las centrales, ya se les olvidaron los malabares que hay que hacer para poder estirar los poquitos lempiras desplumados para que ajusten para comer, pagar los servicios públicos, el alquiler, el transporte o los medicamentos.

Estos ahora pertenecen a otra casta que les facilita todo y les permite gozar de un estilo de vida lleno de lujos, riquezas y hasta les alcanza para ahorrar y comprar sus haciendas y caballos de paso por si algún día se les antoja jubilarse.

Vivan los trabajadores

Desde Hondumedios felicitamos a todos a los hondureños y hondureñas que con dignidad se ganan el pan de cada día, aquellos que con la venta de su talento les permite mantener a sus familias con dignidad.

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