José Heriberto Montenegro Matamoros, el padre que disparó contra un presunto sicario que había atentado contra sus dos hijas, recibió arresto domiciliario tras comparecer ante un tribunal en Choluteca.
El incidente ocurrió luego de que las jóvenes hijas de Montenegro fueran víctimas de un ataque armado supuestamente perpetrado por Óscar Hernández.
Según reportes oficiales, tras el atentado, el agresor fue capturado por la Policía Nacional. Sin embargo, mientras se encontraba bajo custodia, Montenegro presuntamente le disparó y, le quitó la vida frente a las autoridades.
Durante la audiencia de imputado, el tribunal determinó que Montenegro enfrentará su proceso penal, permitiéndole defenderse en libertad bajo arresto domiciliario.
El caso ha reavivado la discusión en la opinión pública sobre la capacidad del sistema judicial para atender situaciones límite, en las que la reacción de un ciudadano ante un hecho violento pone en tensión conceptos como justicia, venganza y legítima defensa.
Algunos sectores han expresado solidaridad con el padre, calificando su reacción como un acto impulsado por el dolor y la indignación, mientras que otros advierten sobre la necesidad de respetar los procedimientos legales incluso en situaciones extremas.
Las autoridades judiciales insisten en que el proceso seguirá su curso conforme a derecho, evaluando los elementos que rodearon el hecho y el contexto en el que se produjo.
