Honduras arriba a 204 años de vida independiente, este cumpleaños encuentra a la Patria en medio de enormes conflictos sociales y una tambaleante democracia amenazada por pretenden neocolonizarla.
Este 15 de septiembre, Honduras cumple 204 años de vida independiente. Más de dos siglos han pasado desde que se rompieron los lazos con la Corona española, pero hoy, la independencia parece más una aspiración que una realidad consolidada.
La patria celebra su aniversario en medio de una democracia tambaleante, conflictos sociales profundos y amenazas que algunos califican como intentos de neocolonización disfrazados de cooperación internacional.
La efeméride debería ser motivo de unidad nacional, de reflexión histórica y de renovación del compromiso con los valores republicanos. Sin embargo, lo que se observa es una sociedad polarizada, instituciones debilitadas y una ciudadanía que, aunque resiliente, se siente cada vez más distante del poder político.
Las calles se llenan de desfiles y fervor patrio, pero también de reclamos, pancartas y voces que exigen justicia, transparencia y respeto a la soberanía.
La democracia hondureña, que debería ser el mayor legado de la independencia, se encuentra en una encrucijada.
La concentración de poder, el uso político de los símbolos patrios y la falta de diálogo entre sectores son señales preocupantes. La independencia no solo se defiende con discursos y actos cívicos, sino con políticas públicas que garanticen equidad, participación y libertad.
Hoy más que nunca, Honduras necesita recordar que la independencia no fue un regalo, sino una conquista. Y como toda conquista, requiere ser defendida cada día.
No basta con izar la bandera; hay que honrarla con acciones que fortalezcan la democracia, protejan los derechos humanos y promuevan el bienestar colectivo.
A 204 años de aquel grito libertario, que no se nos olvide que la independencia se celebra, sí, pero sobre todo se construye.
