El pueblo hondureño salió masivamente a las calles y el mensaje fue claro al exigir paz, democracia y elecciones libres y trasparente sin amenazas o artimañas que trastoquen la voluntad expresada en las urnas.

Honduras exige elecciones limpias, transparentes y libres de manipulaciones. Las movilizaciones, que se desarrollaron de forma pacífica y ordenada, reflejan el profundo deseo del pueblo por vivir en una nación democrática, justa y en paz.
El mensaje de unidad de los líderes cristianos monseñor José Vicente Nácher Tatay y pastor Gerardo Irías, presidentes de las iglesias Católica y Evangélica respectivamente, al inicio y final de la caminata mostró que las organizaciones religiosas cristianas están preocupadas por el clima de confrontación que existe en el país y la dirección que va tomando la situación política.
Los hondureños fieles al cristianismo salieron de sus templos y tomaron las calles masivamente en las 50 ciudades más importantes del país, pero también municipios de menor densidad demográfica, caminaron con paz, alegría, enviando mensajes de unidad, concordia y con La Biblia en sus manos.
Lejos quedaron de las mentes de los hondureños las marchas confrontativas, donde grupos armados de piedras y otros instrumentos de ataque, eslóganes de confrontación y combate desfilaban por las calles con actitud de confrontar a los que consideran sus adversarios.
Esta vez fue diferente, mensajes bíblicos fueron lo más destacado de la marcha, cánticos y alabanzas a Dios, todos con alegría caminando, mayores, familias completas con sus hijos y menores de edad, y no faltaron los que incluso llevaron a sus mascotas.

Las inmensas columnas de caminantes en Tegucigalpa, San Pedro Sula, Choluteca y las otras ciudades mostraron que todo el país se movilizó para apoyar el mensaje del liderazgo de las iglesias cristianas que proclaman que “toda Honduras ha visto que sí es posible caminar juntos. La diversidad en la libertad nos enriquece mutuamente”.
El llanto del pastor Irías en la marcha, a la cual acudió con un chaleco antibalas debido a las amenazas recibidas previamente por la campaña lanzada por grupos que se oponían a la caminata, la actitud paternal de monseñor Nácher Tatay y la entonación del Himno Nacional de Honduras por miles de gargantas crearon un ambiente de emoción durante la caminata.
Esta caminata refleja una creciente conciencia ciudadana y un firme compromiso con los valores democráticos. Honduras se encuentra en un momento decisivo, y la voz del pueblo se alza como un faro de esperanza para un futuro más justo y transparente.