La situación en la sala de emergencia del Hospital Escuela de Tegucigalpa es crítica y preocupante; Las carencias son evidentes, y las camillas disponibles son insuficientes para atender a la gran cantidad de pacientes que llegan diariamente.

Los pacientes se ven obligados a esperar largos periodos de tiempo para recibir atención médica, y muchos de ellos son atendidos en el piso debido a la falta de camillas y sillas de ruedas.
Además, los ascensores del hospital están en mal estado, lo que dificulta el traslado de los pacientes entre los diferentes pisos.
Las carencias no se limitan solo a la infraestructura; también hay una notable escasez de insumos médicos esenciales.
Los doctores han reportado la falta de hilos de sutura para realizar cirugías menores y la ausencia de medicamentos en las farmacias del hospital.
Los pacientes reciben respuestas como “no hay”, “compre en otro lado” o “hasta la otra semana quizás ya hayan” cuando buscan los medicamentos recetados.
La desesperación, el dolor y la tristeza son emociones comunes entre los pacientes y sus familiares que visitan el Hospital Escuela. La situación es tan grave que muchos se debaten entre la vida y la muerte sin recibir la atención adecuada que por ley les corresponde.