Lo que comenzó como una manifestación pacífica por parte de ciudadanos que exigen justicia y la recuperación de sus inversiones en Koriun Inversiones, terminó en una jornada de caos y enfrentamientos con la Policía Nacional.

Durante el desalojo, se registraron empujones, gritos, lanzamiento de piedras y gases lacrimógenos, generando pánico entre los presentes.
Algunos manifestantes denunciaron que hubo disparos por parte de la policía, aunque el vocero de la Secretaría de Seguridad, comisionado Edgardo Barahona, negó que los agentes hayan utilizado armas de fuego. «Sí se escucharon detonaciones, pero fueron realizadas por personas ajenas a la autoridad policial», explicó Barahona.
La protesta se enmarca en el creciente malestar social tras el escándalo financiero de Koriun Inversiones, una empresa denunciada por presunto fraude masivo.
Los afectados exigen respuestas y la devolución de su dinero, mientras que organizaciones defensoras de derechos humanos han solicitado al Ministerio Público investigar los hechos y garantizar la seguridad de los manifestantes.
La tensión sigue latente en la zona, y los manifestantes han advertido que continuarán con las protestas hasta obtener una solución clara por parte de las autoridades.