Honduras suma 317 muertes violentas de mujeres en los primeros nueve meses de 2023, una cifra que supera ya los 297 asesinatos por violencia de género registrados en 2022 en el país, donde feministas y expertas piden un fuerte compromiso político ante la normalización de la violencia.

Hondumedios. “Es altamente preocupante el número de feminicidios, pero también la normalización de la violencia hacia mujeres y niñas” en Honduras, dijo este martes la coordinadora residente de las Naciones Unidas en Tegucigalpa, Alice Shackelford.
Sólo en septiembre han sido asesinadas 21 mujeres en Honduras, donde el 71,4 de las víctimas murieron por arma de fuego, según cifras de la organización feminista Centro de Derechos de Mujeres (CDM).
Shackelford destacó la importancia de trabajar en la prevención de la violencia y disminuir la impunidad, que rodea el 95 % de los casos de asesinatos de mujeres en el país centroamericano, con 9,7 millones de habitantes.
“Se tiene que iniciar un trabajo muy fuerte alrededor de normas culturales o sociales que siguen normalizando y legitimando la violencia hacia mujeres y niñas”, subrayó la coordinadora de la ONU, que abogó por «más compromiso y más capacidades» de las instituciones para combatir este flagelo.
Fuerte compromiso político
El 47,3 % de las 317 mujeres asesinadas eran menores de 50 años y el 46,7 % de los crímenes ocurrieron en los departamentos de Cortés y Colón, en el norte y caribe de Honduras, según cifras de organizaciones feministas.
Muchas de esas muertes sucedieron en el entorno cercano a la víctima, en el que el principal agresor es un hombre vinculado sentimentalmente con las mujeres, que representan más del 51 % de los 9,5 millones de habitantes del país.
En los primeros nueve meses, el Sistema Nacional de Emergencia 911 registró 26.456 denuncias de violencia doméstica y 37.772 de maltrato familiar.
Shackelford indicó que los medios de comunicación tienen una «responsabilidad muy importante» para asegurar que la imagen de la mujer esté lejos de estereotipos machistas y la victimización.
“La violencia es algo despreciable y no puede ser autorizada y legitimada», enfatizó la diplomática, que señaló que el abordaje de la violencia en Honduras requiere un «fuerte compromiso político”.