El abogado cubanoamericano Mauricio Claver-Carone, quien se desempeñaba como enviado especial del presidente Donald Trump para América Latina, presentó su renuncia, la cual se hará efectiva en los próximos días.

Según informes, Claver-Carone dejará su cargo para reincorporarse al sector privado como codirector del Fondo LARA, una firma de capital privado con sede en Miami. Sin embargo, su salida no responde únicamente a razones formales.
Se ha reportado que tuvo fuertes diferencias con el actual secretario de Estado, Marco Rubio, quien ha ganado influencia en la política exterior del segundo mandato de Trump.
Además, su renuncia se produce en medio de cuestionamientos sobre su gestión y el límite legal que impide a funcionarios especiales del gobierno ejercer funciones por más de 130 días sin la confirmación del Senado.
Claver-Carone tuvo un papel destacado en la primera administración de Trump (2017–2021) como director senior para Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional. En 2020, fue nombrado presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), convirtiéndose en el primer estadounidense en ocupar ese cargo, gracias al respaldo directo de Trump.
Su gestión en el BID terminó abruptamente en 2022 tras una investigación interna que reveló una supuesta relación sentimental con una subordinada y beneficios económicos indebidos, lo que motivó su destitución por violaciones al código ético de la institución.
Impacto de su Salida
La renuncia de Claver-Carone marca un cambio en la estrategia diplomática de la administración Trump en América Latina. Su salida refleja una reconfiguración del liderazgo en la política exterior estadounidense, con un mayor protagonismo de Marco Rubio en la toma de decisiones.
Mientras tanto, Claver-Carone se prepara para su nueva etapa en el sector privado, dejando atrás una trayectoria marcada por influencia política, controversias y decisiones estratégicas en la región.