En un momento de alta tensión política, la presidenta Xiomara Castro lanzó un llamado a respetar el cronograma electoral de cara a las elecciones generales del próximo 30 de noviembre.

Durante la conmemoración del 55 aniversario del cese de hostilidades entre Honduras y El Salvador, la mandataria reafirmó su compromiso con unos comicios “limpios, libres, transparentes y democráticos”.
“El calendario electoral no puede seguir retrasándose. Las elecciones tienen que ser limpias, libres, transparentes y democráticas. No más fraudes, no más golpes de Estado”, declaró Castro, subrayando que las Fuerzas Armadas garantizarán el respeto al sufragio y a la alternancia en el poder.
Crisis en el CNE: un obstáculo para la democracia
El llamado de la presidenta ocurre en medio de una profunda crisis en el Consejo Nacional Electoral (CNE), donde las diferencias entre los tres consejeros —Cossette López (Partido Nacional), Ana Paola Hall (Partido Liberal) y Marlon Ochoa (Libre)— han paralizado decisiones clave, como la implementación del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP).
Marlon Ochoa, representante del oficialismo, ha sido señalado por negarse a participar en las sesiones convocadas por la presidenta del CNE, Cossette López, lo que ha generado retrasos significativos en el cronograma electoral.
Esta actitud ha sido interpretada por sectores de oposición como una maniobra para entorpecer el proceso y debilitar la transparencia del mismo.

La situación se agrava tras los problemas logísticos registrados en las elecciones primarias del 9 de marzo, donde se reportaron retrasos en la entrega de materiales y caos en centros de votación, especialmente en Tegucigalpa y San Pedro Sula. Estos antecedentes han sembrado dudas sobre la capacidad del CNE para organizar unas elecciones generales confiables.
Desde el Partido Nacional se ha acusado al oficialismo de intentar manipular el proceso, mientras que el Partido Libre defiende su postura como una respuesta a lo que consideran una falta de voluntad para consensuar decisiones clave.
Crítica: ¿Compromiso real o discurso político?
Aunque el discurso de la presidenta Castro apunta a la defensa de la democracia, su llamado contrasta con la conducta de su propio representante en el CNE. La falta de coherencia entre el mensaje presidencial y las acciones del oficialismo dentro del órgano electoral debilita la credibilidad del compromiso gubernamental con un proceso transparente.
Además, la promesa de que las Fuerzas Armadas garantizarán el respeto al sufragio genera inquietud en algunos sectores, que temen una militarización del proceso electoral o una presión indebida sobre las instituciones civiles.
La advertencia de Xiomara Castro llega en un momento crítico para la democracia hondureña. Si bien su mensaje busca proyectar firmeza y compromiso, la crisis interna del CNE y la falta de consensos reales amenazan con socavar la legitimidad de las elecciones. La ciudadanía exige más que discursos: exige acciones concretas, transparencia y responsabilidad institucional.