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Causa por lo que los hondureños prefieren El Salvador para hacer turismo

Lo que debería ser una oportunidad para dinamizar el turismo interno en Honduras, se convirtió en una dolorosa radiografía del abandono institucional, ya que, durante la reciente Semana Morazánica, más de 30 mil hondureños cruzaron la frontera a El Salvador.   

Mientras el país vecino ofrecía precios accesibles, atención cálida y seguridad garantizada, Honduras se quedó con playas vacías, hoteles desocupados y una administración que apenas reaccionó.

La fuga masiva de turistas no es casualidad. Es el resultado de una acumulación de errores, indiferencia y falta de visión por parte del gobierno hondureño.

Mientras El Salvador desplegó una estrategia de hospitalidad que incluyó kits de bienvenida, espectáculos culturales y un “paso ágil” en la frontera, Honduras ofreció… silencio.

Los testimonios son contundentes: “Nos recibieron con agua, paletas y fuegos artificiales. Ni en nuestro país nos dan eso.” “Aquí hay orden, seguridad y respeto. En Honduras, solo caos y abandono.”, fueron las declaraciones de hondureños que viajaron al país vecino.

Los hondureños no se fueron por capricho. Se fueron porque El Salvador les ofreció lo que su propio país no pudo:

  • Precios más bajos en hoteles, restaurantes y transporte
  • Atención personalizada desde la frontera hasta los destinos turísticos
  • Seguridad real, no promesas vacías ni zonas tomadas por la delincuencia

Mientras tanto, en Honduras, muchos destinos turísticos siguen sin señalización, sin infraestructura adecuada y sin promoción. La inseguridad en zonas rurales y urbanas ahuyenta tanto a turistas nacionales como extranjeros.

La respuesta del gobierno: justificaciones y comparaciones ideológicas

El director del Instituto Nacional de Migración, Wilson Paz Reyes, intentó justificar la masiva salida diciendo que “antes eran caravanas de migrantes, ahora son caravanas de turistas”.

Aunque el giro semántico es interesante, no resuelve el problema de fondo. También comparó modelos de gobierno, sugiriendo que en un sistema socialista “la persona humana ejerce sus libertades”, como si eso explicara por qué los hondureños prefieren gastar su dinero en otro país.

Lo que el gobierno no ha hecho es asumir responsabilidad. No ha presentado un plan de rescate turístico, ni ha reconocido que su falta de inversión y promoción está dejando a Honduras fuera del mapa regional.

Si Honduras quiere recuperar a sus turistas, necesita más que discursos. Se requiere:

  • Inversión real en infraestructura turística
  • Campañas de promoción nacional e internacional
  • Seguridad garantizada en destinos clave
  • Capacitación al personal del sector
  • Coordinación interinstitucional para facilitar el acceso y la experiencia del visitante

La Semana Morazánica dejó claro que los hondureños no están dispuestos a conformarse con menos. Prefieren cruzar fronteras antes que resignarse al abandono.

El Salvador entendió que el turismo es una herramienta poderosa de desarrollo. Honduras, en cambio, sigue esperando que los turistas lleguen por inercia.

 

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