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Crisis en el TJE se agudiza tras nuevo fracaso de sesión

La crisis interna en el Tribunal de Justicia Electoral (TJE) alcanzó un nuevo punto crítico este martes, luego de que la sesión convocada por el presidente del órgano, Mario Flores Urrutia, fracasara nuevamente por la ausencia del magistrado Mario Morazán, quien se retiró sin justificación formal, según denuncias de sus colegas.

El incidente ha desatado una ola de acusaciones cruzadas, dejando al tribunal en un estado de parálisis jurisdiccional a menos de 40 días de las elecciones generales.

Un conflicto que escala

Flores Urrutia calificó la actitud de Morazán como un “capricho” y lo acusó de querer “paralizar y crear caos” dentro del órgano electoral. Según el presidente del TJE, el magistrado estaría incurriendo en una violación al artículo 29 de la Ley Electoral, que regula el comportamiento de los magistrados.

“Nosotros estamos tranquilos, tenemos paz y tranquilidad, y aquí él está cometiendo una de las prohibiciones del artículo 29”, declaró Flores.

La magistrada Miriam Barahona respaldó la posición del presidente, recordando que el quórum puede conformarse con dos magistrados propietarios y un suplente, lo que abre la puerta a convocar a los suplentes si Morazán persiste en su negativa.

Morazán contraataca

Por su parte, el magistrado Mario Morazán respondió con acusaciones graves, señalando que sus colegas han “atropellado todo el sistema constitucional” y que el Ministerio Público debería actuar de oficio.

En declaraciones públicas, calificó a Flores como “traidor a la patria”, elevando el tono del conflicto a niveles sin precedentes.

Este nuevo episodio evidencia una crisis institucional profunda en el TJE, donde los desacuerdos personales y políticos han superado el marco técnico y legal. La falta de consenso entre los magistrados no solo impide avanzar en la agenda jurisdiccional, sino que erosiona la credibilidad del órgano electoral ante la ciudadanía y los partidos políticos.

A menos de seis semanas de los comicios, el país enfrenta: Un tribunal dividido y sin capacidad operativa, expedientes sin resolver que podrían afectar candidaturas clave, un ambiente de polarización institucional que pone en riesgo la legitimidad del proceso electoral.

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