Con un discurso que desbordó fe, convicción y frontalidad, el candidato presidencial Mario “Chano” Rivera encendió los ánimos en el evento de Acción Ciudadana Fe y Gobierno (FEGO), al lanzar una cruzada espiritual por Honduras y exigir que se vuelva a leer la Biblia en las escuelas públicas.

“Soy el único que lo dice sin rodeos: Honduras necesita volver a Dios”, sentenció, marcando un giro valiente en la narrativa política nacional.
Rivera no se presentó como un político más, sino como un hondureño que, tras sobrevivir al COVID-19, entendió que su misión era servir. “No vine a buscar el poder para servirme, vine a entregarme al pueblo. Porque cuando gobierna el justo, el pueblo se alegra”, afirmó ante un auditorio que lo ovacionó.
Su propuesta es clara y audaz: pasar de un Estado laico a un Estado aconfesional donde la fe no se persiga ni se esconda, sino que se reconozca como parte de la solución nacional.

“La Biblia no solo enseña a leer, enseña a vivir. Y eso, ningún político tradicional se atreve a decirlo”, disparó, diferenciándose del resto de candidatos que, a su juicio, repiten discursos vacíos sin tocar el alma del pueblo.
“Síganme los buenos”, fue el llamado final de Chano Rivera. Un llamado directo a los hondureños que están hartos del caos, la mentira y la corrupción.
A los que sueñan con un país con valores, con dignidad, con propósito. “La fe no divide, la fe construye. Y si Honduras quiere levantarse, tiene que volver al camino del Señor”, concluyó, encendiendo la esperanza de una nación que clama por un cambio real.