El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras oficializará este jueves la convocatoria a las elecciones generales, programadas para el próximo 30 de noviembre de 2025.
Este anuncio se realiza en medio de un clima político tenso y una creciente desconfianza ciudadana.
El año ha estado marcado por una fuerte confrontación entre los principales actores políticos, intensificada desde principios de 2025, previo a las elecciones primarias e internas celebradas el pasado 9 de marzo.
Encuestas recientes, como las elaboradas por el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación (ERIC), revelan que la mayoría de la población no confía en los políticos y que la presidenta Xiomara Castro atraviesa sus niveles más bajos de aceptación desde que asumió el poder.
El malestar generado por la falta de vigilancia y transparencia en las urnas durante las primarias ha aumentado la desconfianza, pero también ha motivado a muchos ciudadanos a participar activamente en defensa de la democracia.
Desafíos para los candidatos
Los candidatos de todos los partidos enfrentan el reto de reconectar con un electorado escéptico y polarizado, especialmente con el voto independiente, que podría ser decisivo en una contienda que promete ser muy reñida.
La campaña aún no ha iniciado formalmente, pero el hartazgo ciudadano exige nuevas narrativas, propuestas viables y, sobre todo, una voluntad política real para sacar al país de su estancamiento institucional y económico.
Los analistas consideran que las elecciones generales serán un termómetro electoral que medirá tanto el desgaste del oficialismo tras tres años de mandato de Castro, como la capacidad de recuperación de los partidos de derecha, que han estado fuertemente debilitados.
Con este telón de fondo, la convocatoria del CNE marca el inicio de un proceso electoral crucial para el futuro político de Honduras.
