En la era digital actual, la Inteligencia Artificial (IA) ha alcanzado un nivel de sofisticación que permite la creación de “videos, imágenes y audios” falsos extremadamente convincentes y difíciles de identificar y diferenciar de la realidad.
Por: El experto en seguridad Juan Carlos Degrandez

Conocidos como “deepfakes” estos productos de la IA realiza manipulaciones digitales, para ello utilizan algoritmos avanzados de aprendizaje profundo para reemplazar el rostro o la voz de una persona en un archivo multimedia con la de otra, creando así un contenido engañoso que en muchas ocasiones terminan publicados en los medios digitales, radios y televisión.
La omnipresencia de los deepfakes
Los deepfakes se están volviendo cada vez más comunes en el panorama digital. Desde videos humorísticos hasta contenido pornográfico falsificado, estos medios manipulados pueden difundirse rápidamente a través de las redes sociales y otras plataformas en línea. Ejemplos significativos incluyen videos falsos de políticos, celebridades y figuras públicas que pueden ser utilizados para difundir desinformación, difamar a individuos o manipular la opinión pública, ejemplo reciente es la animación de la persona del presidente salvadoreño Nayib Bukele.
Honduras no es la excepción, este tipo de contenido ya es utilizado y la preocupación es que crezca en su producción mal intencionada, ya que la población no esté lista para discernir sobre este tipo de contenido falso y lo amplifica dándole viralidad que genera temor, adoctrinamiento, desinformación y conflictos en asuntos de seguridad nacional.

Contrarrestando los deepfakes
A pesar de los desafíos que presentan los deepfakes, existen medidas que la población puede tomar para contrarrestar su impacto. La educación pública sobre cómo detectar deepfakes es crucial. Herramientas de verificación de autenticidad de medios, como la inversión en tecnologías de análisis forense digital, pueden ayudar a identificar manipulaciones digitales. Además, es esencial fomentar un sentido crítico entre los usuarios de internet para cuestionar la veracidad de los medios que consumen.
Estadísticas y consecuencias
Aunque no existen estadísticas definitivas sobre la prevalencia de los deepfakes, su potencial para causar daño es innegable. Un estudio realizado por la Universidad de Stanford encontró que el 96% de los deepfakes identificados en su conjunto de datos estaban relacionados con la pornografía, lo que subraya la preocupación por el uso malicioso de esta tecnología. Las consecuencias de caer en deepfakes pueden ser devastadoras, desde dañar la reputación de individuos hasta socavar la confianza en los medios y las instituciones.
Conclusiones
Los deepfakes representan un desafío cada vez mayor en el mundo digital. A medida que la tecnología continúa avanzando, es fundamental adoptar enfoques proactivos para combatir su proliferación y mitigar su impacto. La combinación de educación, tecnología y sentido crítico puede ayudar a proteger a la sociedad de los peligros de la manipulación digital y preservar la integridad de la información en línea.