Tal como lo advertimos, la dirigencia obrera y sindical no pudo desligarse del dominio político que ejerce Libre en la conmemoración del Día del Trabajo, al grado que el manifiesto de las centrales obreras fue validando al actual gobierno y hasta permitiendo ser opacados por el expresidente Manuel Zelaya y la candidata Rixi Moncada.

El Día del Trabajo en Tegucigalpa estuvo marcado por una fuerte presencia política, con la dirigencia obrera y sindical alineándose con el partido Libre en la conmemoración de la fecha.
La marcha, que inició con retrasos en el bulevar Comunidad Económica Europea, estuvo caracterizada por consignas y pancartas que reflejaban tanto demandas laborales como apoyo al gobierno actual.
Las centrales obreras, en lugar de mantener una postura independiente, validaron la gestión gubernamental en su manifiesto, permitiendo que figuras políticas como el expresidente Manuel Zelaya y la ministra de Defensa, Rixi Moncada, tomaran protagonismo en el evento.
La movilización, que recorrió las principales calles de la Capital, también contó con la presencia de ministros y diputados del partido oficialista, quienes se sumaron a la marcha en respaldo a la administración de Xiomara Castro.

Entre las demandas expresadas por los trabajadores, destacaron los reclamos por mejoras salariales, reforma tributaria y generación de empleo, aunque la jornada estuvo marcada por una evidente politización.
La marcha culminó en el parque central de Tegucigalpa, donde se pronunciaron discursos que exaltaron las políticas del gobierno y criticaron a los sectores opositores.
Este evento refleja la creciente influencia política en las movilizaciones sindicales, dejando en evidencia la dificultad de separar la lucha obrera de los intereses partidarios en Honduras.