Nuestra Columna de Opinión con Juan Carlos Degrandez

Las ideologías son solo un conjunto de ideas que un individuo o grupo consensuaron para llevar la contraria a otro individuo o grupo, es decir, las ideologías son la más marcada línea de división entre los humanos, porque puede ser por motivos políticos, religiosos o étnicos. Al final, solo es un grupo queriendo quitar el beneficio o posición que otro mantiene.
Yo no soy un pensador, soy un ciudadano que se ha formado en las aulas de clase nacionales e internacionales, Dios ha sido bueno y a punta de becas me permitió conocer el mundo y los diferentes estilos de vida, los diferentes niveles de educación, las culturas y puedo decir de primera mano, no he encontrado un país más bello que Honduras, un pueblo más noble que el nuestro, pero tampoco conocí gente tan adaptable a las malas situaciones como nosotros, al punto que nuestra clase política entendió esto y nos ha hecho esclavos de su voluntad o peor aún, soldados de sus tiranías, pues en defensa de un color o un “líder” somos capaces de confrontar a nuestra propia familia.
Que yo debería escribir sobre seguridad, tecnología o defensa, dijo alguien mientras leía el borrador de este artículo, y mi respuesta fue en seco: “Por supuesto que estoy hablando de la defensa de nuestro país”
El país no solo se defiende en sus límites marítimos, aéreos o terrestres, se defiende de todos aquellos connacionales que buscan apoderarse de las riquezas de nuestro pueblo, de usar nuestras leyes para protegerse y peor aún, que intentan con ideologías fracasadas dominar nuestra forma de pensar.

No hay ideología de preferencia, la mejor forma de gobernar es sin corrupción, siendo imparcial, promoviendo el desarrollo y la libre empresa, ningún político debería hablar en nombre del pueblo si frente a nosotros continúa haciendo lo incorrecto, si justifica su mal actuar por haber sido víctima de otro político en el pasado, por eso, es tan evidente el hartazgo del pueblo por nuestra clase política.
Al final, no creo que sean las ideologías las que convencen a nuestros “líderes” de entregarse como prostitutas a alguien, lo que facilita esto es el dinero, el poder y la posición de comodidad que ostenta o se les ofrece, notarás que estas personas son capaces de entregar su dignidad, sus instituciones y hasta sus credos, por placeres efímeros.
Sintonizar un noticiero desde el amanecer, es como sentarse a observar un partido de tenis, unos a otros lanzando la bola buscando el error del rival, el periodista busca informar, pero sus entrevistados solo buscan salir victoriosos de su comparecencia y justificar sus acciones, la patria y el pueblo quedan sin ningún valor para ellos, entonces la defensa de la nación es una situación constante, incluso como ahora, debemos defendernos de aquellos que juraron hacerlo.
Nuestra nación vive en un círculo vicioso, la vida nos trae una y otra vez a la misma situación para ver si esta vez sabemos lo que queremos o hemos aprendido la lección, pero para saber esto, debemos primero estar bien definidos en lo que queremos, aprender a sacrificar nuestras posturas o comodidades, para lograr nuestro objetivo común, la estabilidad y felicidad de quienes ya han sufrido mucho. Aprender a decir que “No” a aquellos que nos dominaron u obligaron a hacerlo bajo fuertes presiones, también genera identidad propia y una cultura sana de respeto.

No cambiaría los millones en el banco por mi paz, mi posición sencilla por una de poder, si estos fueron obtenidos bajo engaños o corrupción, pues es común que aquellos que ostentan los cargos que deberían tener como misión velar por nosotros, rasguen sus vestiduras predicando pureza, mientras los que los hemos llevado a sus cargos, vivimos en constante crisis económica, de seguridad y social, todo culpa de nuestros mismos votos.
En conclusión, como lo he dicho antes, considero que nuestra crisis real radica en la elección de nuestros líderes, de los que crearán las políticas públicas que nos van a beneficiar o afectar, de los que ejecutan nuestro presupuesto o a quienes les otorgamos el control de nuestras armas.
El perfil de un líder, de un gobernante o comandante, debe estar estrechamente ligado a Dios, los valores morales, el patriotismo y el compromiso por darle a su pueblo lo mejor, hasta hoy, nuestra clase política está en deuda, pues aún no llegan a ocupar los cargos más importantes, las personas más honradas, las más preparadas y las que tienen la experiencia necesaria, y doy fe de que existen personas con estas cualidades, las aulas universitarias están y han estado llenas de personas que atienden su jornada laboral, familiar y tienen antecedentes limpios, pero no se les permite espacios, porque no se prestarían a cosas oscuras y sucias, a estos les digo, es momento de levantarse y participar, es momento de darle a nuestra patria, pueblo y familia lo que merecen, ciudadanos de bien, ejerciendo cargos importantes.
Dios nos ilumine y bendiga nuestra patria