Enormes fisuras dejan el escrutinio especial en el Partido Liberal al confrontarse la dirigencia, la autoridad el candidato y su grupo que han entrado en pugnas de poder, desconfianza y acusaciones mutuas.
El escrutinio especial realizado en el Partido Liberal ha dejado al descubierto profundas fisuras internas, generando un ambiente de división, desconfianza y confrontación entre la dirigencia, las autoridades partidarias y el candidato junto a su grupo cercano.
La situación ha derivado en acusaciones mutuas y pugnas de poder que amenazan con debilitar aún más la cohesión de la institución política.
Tensiones entre dirigencia y candidato
Fuentes internas señalan que el proceso de revisión de actas y resultados electorales ha provocado choques directos entre la dirigencia del partido y el equipo del candidato, quienes cuestionan la transparencia y la imparcialidad de las decisiones tomadas durante el escrutinio. La falta de consenso ha alimentado un clima de desconfianza que se refleja en declaraciones públicas y en reuniones privadas.
En medio del proceso, distintos sectores del Partido Liberal se han acusado de manipulación, presiones indebidas y de intentar imponer resultados favorables a determinados grupos. Estas acusaciones han profundizado la crisis interna y han debilitado la credibilidad de la organización frente a la opinión pública.
Impacto en la institucionalidad
Analistas políticos advierten que la confrontación interna no solo afecta la imagen del Partido Liberal, sino que también pone en riesgo su capacidad de actuar como fuerza política cohesionada en el escenario nacional. La división interna podría repercutir en la confianza de sus bases y en la estabilidad de sus estructuras de liderazgo.
El escrutinio especial, que en principio buscaba dar certeza y transparencia al proceso electoral interno, ha terminado generando un escenario de incertidumbre y debilitamiento institucional. La pugna de poder entre las distintas facciones refleja la falta de mecanismos efectivos de resolución de conflictos dentro del partido.
Ante la crisis, voces dentro y fuera del Partido Liberal han instado a la dirigencia y al candidato a buscar consensos y priorizar la unidad sobre los intereses particulares. Sin embargo, hasta el momento las tensiones persisten y el futuro inmediato de la organización política se mantiene en un estado de fragilidad.


