El subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, anunció que su país reaccionará con rapidez y firmeza ante cualquier atentado contra la integridad de las elecciones generales previstas para el próximo 30 de noviembre en Honduras.
Se trata de la primera declaración oficial de Washington en la recta final del proceso electoral hondureño, marcada por tensiones políticas y denuncias de irregularidades.
Landau reveló que Estados Unidos comparte la preocupación expresada por la Organización de Estados Americanos (OEA) respecto a la institucionalidad y las condiciones en que se desarrollará el proceso electoral.
“Nuestro gobierno sigue de cerca la situación y exhorta a todas las autoridades competentes, incluidas las electorales y las militares, a que respeten escrupulosamente las leyes y la Constitución de Honduras”, enfatizó el subsecretario.
El funcionario agregó que tanto el presidente Donald Trump, como el secretario Marco Rubio y él mismo, “se preocupan profundamente por el hemisferio occidental” y que cualquier intento de vulnerar el proceso democrático será respondido con firmeza.
El proceso electoral hondureño avanza en medio de: Denuncias de presunto fraude por parte del oficialismo y la oposición. Una campaña política caracterizada por ataques y discursos de odio más que por propuestas y amenazas contra consejeros y magistrados de los entes electorales.
La advertencia de Estados Unidos llega poco después de que el fiscal general Johel Zelaya presentara un requerimiento fiscal contra dos magistrados del Tribunal de Justicia Electoral. Además, una de las tres consejeras del Consejo Nacional Electoral (CNE) fue acusada por la Fiscalía de “conspiración” contra el proceso electoral, a tan solo 18 días de los comicios.
Lo que está en juego
Más de seis millones de hondureños están habilitados para votar de los diez millones que conforman la población del país. En estas elecciones se elegirá: Un presidente de la República, tres designados presidenciales (vicepresidentes), 298 alcaldías municipales, 128 diputados al Parlamento local, 20 diputados al Parlamento Centroamericano.
La advertencia de Washington, sumada a la preocupación de la OEA y otros organismos internacionales, coloca al proceso electoral hondureño bajo una estricta vigilancia externa.
El reto para las autoridades será garantizar que la “fiesta democrática” se desarrolle en condiciones de transparencia, respeto a la institucionalidad y sin vulneraciones a los derechos ciudadanos.


