El gobierno de Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para promover la rendición de cuentas de quienes están vinculados con el trabajo forzoso y la explotación del personal médico cubano.

Como parte de estas medidas, el Departamento de Estado anunció la imposición de restricciones de visa a funcionarios de gobiernos centroamericanos responsables de los programas de la misión médica cubana.
Según el comunicado oficial, estos funcionarios han participado en la contratación de misiones médicas cubanas en sus países, las cuales, según la administración estadounidense, constituyen una forma de explotación laboral.
Estados Unidos sostiene que el programa de exportación de mano de obra cubana abusa de sus participantes, enriquece al régimen cubano y priva a los ciudadanos de la isla de atención médica esencial.
El secretario de Estado, Marco Rubio, enfatizó que estas restricciones envían un mensaje claro sobre el compromiso de Estados Unidos con la promoción de los derechos humanos y el respeto a los derechos laborales en todo el mundo.
Además, instó a otros países a adoptar medidas similares para frenar lo que considera un esquema de trata de personas patrocinado por el Estado cubano.
Por su parte, el gobierno de Cuba ha rechazado categóricamente las acusaciones de Washington, defendiendo su programa de cooperación médica como una iniciativa humanitaria y una de sus principales fuentes de divisas.
Asimismo, líderes de la Comunidad del Caribe (Caricom) han respaldado la contratación de médicos cubanos, negando que se trate de una forma de explotación.
La decisión de Estados Unidos de restringir visas a estos funcionarios podría generar tensiones diplomáticas con los países afectados, mientras que el debate sobre la naturaleza de las misiones médicas cubanas continúa en el ámbito internacional.