El Partido Liberal de Honduras entró en una profunda y alarmante crisis interna luego que el actual candidato Salvador Nasralla y su esposa la diputada Iroska Elvir supuestamente negociaron a espaldas de la autoridad y la militancia, con el Partido Libertad y Refundación para desconocer el proceso electoral, boicotear el escrutinio especial y apoyar a Jorge Aldana como alcalde del Distrito Central.
La dirigencia del Partido Liberal reaccionó con sorpresa y preocupación ante lo que consideran un acto de deslealtad política y una violación directa a los acuerdos internos.
Sectores del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL) calificaron la situación como un “quiebre institucional” que pone en riesgo la cohesión del partido en un momento electoral decisivo.
Dirigentes consultados señalaron que cualquier negociación con otras fuerzas políticas debe pasar por los órganos oficiales del partido, especialmente cuando se trata de decisiones que pueden alterar la posición del liberalismo en el mapa político nacional.
Militancia indignada y bases fracturadas
La filtración de estas supuestas negociaciones generó indignación entre la militancia liberal, que considera que se actuó a sus espaldas y en contra de los intereses del partido.
En redes sociales y reuniones internas, simpatizantes y líderes de base han expresado su rechazo a lo que describen como un intento de “entregar” espacios políticos a Libre sin justificación ni consulta.
Algunos sectores incluso han exigido que se convoque a una reunión de emergencia para evaluar medidas disciplinarias y definir la postura oficial del partido frente a lo ocurrido.
Impacto en el escrutinio especial
El escrutinio especial, una etapa clave para la verificación de actas y resolución de inconsistencias, se vio envuelto en tensiones luego de que circularan versiones de que Nasralla y Elvir habrían acordado no reconocer sus resultados. Esta postura, de confirmarse, podría debilitar la participación liberal en la defensa de sus votos y abrir espacios para disputas narrativas sobre la legitimidad del proceso.
Observadores políticos señalan que cualquier intento de boicotear el escrutinio especial no solo afecta al Partido Liberal, sino que también podría generar incertidumbre en el ambiente electoral general.
Aunque no existe confirmación oficial por parte de Libre sobre estas conversaciones, el simple señalamiento ha encendido el debate público. Analistas consideran que, de ser ciertas, las negociaciones podrían responder a intereses estratégicos de cara a la gobernabilidad municipal y a la correlación de fuerzas en el Distrito Central.
La crisis llega en un momento en el que el Partido Liberal intenta recuperar terreno político y reconstruir su identidad frente a un electorado cada vez más fragmentado. La fractura interna provocada por estas supuestas negociaciones podría tener repercusiones en su desempeño electoral y en su capacidad de proyectarse como una alternativa sólida.
Mientras tanto, la dirigencia liberal se prepara para emitir una postura oficial, en medio de presiones de la militancia que exige claridad, firmeza y transparencia.
