El gobierno de la presidenta Xiomara Castro ha generado controversia al oficializar la inclusión del libro “El Golpe 28-J” escrito por el expresidente Manuel Zelaya Rosales, como material obligatorio en el sistema educativo nacional.

En la publicación de La Gaceta número 36,798 del 24 de marzo de 2025 el articulado que consta de tres decretos cita que: “En la aplicación de los artículos 157, 245 (numeral 28), 246, 247 de la Constitución de la República en relación con lo señalado en los artículos: 1, 2, 6, 16 y 70 (numeral 1) literales; a) b) del Reglamento Organización Funcionamiento y Competencias del Poder Ejecutivo, ordenar a la Secretaría de Educación instruya a quien corresponda la elaboración, aprobación y posterior al plan de estudios en los niveles: básico y medio de la Cátedra Morazánica mediante la cual se difundirá la obra y vida del héroe nacional José Francisco Morazán Quezada. Plan dentro del cual deberá incorporarse como parte de los textos y la temática de estudios el libro: “El Golpe 28-J” Conspiración Transnacional, un crimen en la impunidad”.
El libro, que aborda los hechos ocurridos durante el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, será incorporado en los niveles básico y medio dentro de la asignatura conocida como Cátedra Morazánica. Según el decreto, esta cátedra busca fomentar la cultura y los valores hondureñistas, así como fortalecer los principios democráticos en el país.
La Secretaría de Educación será la encargada de distribuir el libro en las escuelas públicas, mientras que la Empresa Nacional de Artes Gráficas (ENAG) ya ha impreso más de 100,000 ejemplares para garantizar su disponibilidad.
Además, la Secretaría de Finanzas deberá realizar las modificaciones presupuestarias necesarias para cubrir los costos del proyecto editorial.

Los críticos señalan que la obligatoriedad del libro podría interpretarse como un intento de politizar la educación y promover una narrativa parcial de los acontecimientos.
Mientras tanto, el gobierno ha defendido la inclusión del libro como un esfuerzo por garantizar que los hechos del pasado no se repitan y por fortalecer la memoria histórica de Honduras. Sin embargo, el debate continúa, reflejando las divisiones políticas y sociales que aún persisten en el país.
Un debate en evolución
El significado de esta decisión trasciende el ámbito educativo, reflejando las tensiones políticas y sociales que aún persisten en Honduras. Mientras el gobierno defiende la iniciativa como un esfuerzo por preservar la memoria histórica y fortalecer la democracia, sectores de la oposición y la sociedad civil exigen una reforma educativa que priorice la pluralidad y el pensamiento crítico.
La inclusión del libro El Golpe 28-J en las aulas hondureñas plantea una pregunta fundamental: ¿es esta medida un paso hacia una educación más consciente o un intento de imponer una visión política? El debate continúa, y su impacto en la formación de las nuevas generaciones será observado de cerca en los próximos años.
