Honduras enfrenta una preocupante militarización del discurso político que está transformando a las Fuerzas Armadas de una institución subordinada al poder civil en un actor político de peso, con alarmantes manifestaciones de intolerancia hacia la crítica periodística independiente, según denuncian comunicadores y analistas del país.

Este día, de manera irresponsable, las Fuerzas Armadas, en su portada de diario digital, arremetieron contra tres periodistas, entre ellos el presidente del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), Juan Carlos Sierra, Dagoberto Rodríguez y Rodrigo Wong Arévalo. Esta acción ha sido vista como un intento de intimidar y silenciar a voces críticas del periodismo.
Lo que debería constituir una institución dedicada exclusivamente a la defensa nacional y subordinada a las decisiones democráticas, hoy parece comportarse como un brazo armado del oficialismo, dispuesto no solo a blindar políticamente a figuras gubernamentales sino también a intimidar voces incómodas del periodismo independiente, advierten observadores especializados.
Las recientes declaraciones en el premio Álvaro Contreras han intensificado esta situación, con discursos que parecen justificar y promover la intervención de las Fuerzas Armadas en asuntos políticos y mediáticos.
Esta ofensiva contra la prensa crítica ha generado preocupación entre los defensores de la libertad de expresión y la democracia en el país.

Reacciones
Juan Carlos Sierra, presidente del CPH, expresó su indignación ante estos ataques: “Es inaceptable que las Fuerzas Armadas, que deberían proteger nuestra democracia, se conviertan en herramientas de represión contra la prensa libre. No nos dejaremos intimidar.”
Dagoberto Rodríguez, uno de los periodistas mencionados, comentó: “La libertad de prensa es un pilar fundamental de cualquier democracia. Estos ataques solo fortalecen nuestra determinación de seguir informando con veracidad y valentía.”
Rodríguez elevó la gravedad de sus denuncias al señalar públicamente al general Roosevelt Hernández, jefe del Estado Mayor Conjunto, como responsable directo de cualquier amenaza o daño contra su integridad y la de su familia. «Lo denuncio públicamente como responsable de cualquier amenaza o daño contra mi integridad y la de mi familia», declaró el comunicador.
Además, el periodista apuntó directamente hacia la ministra de Defensa y aspirante presidencial por el partido oficialista Libre, Rixi Moncada, como la fuente de las directrices que orientan las acciones del alto mando militar. Según Rodríguez, de Moncada «emanan todas las directrices que obedece el general y el alto mando de las Fuerzas Armadas».
Rodrigo Wong Arévalo añadió: “La intimidación no tiene cabida en una sociedad democrática. Continuaremos ejerciendo nuestro derecho a informar y a ser críticos cuando sea necesario.”
Analistas políticos han señalado que esta tendencia es alarmante y podría tener consecuencias graves para la democracia en Honduras. “La militarización del discurso político y la represión de la prensa son señales de un retroceso democrático. Es crucial que la sociedad civil y las instituciones democráticas se mantengan vigilantes y actúen para proteger la libertad de expresión,”.
La situación exige una reflexión profunda sobre el rumbo institucional de Honduras y el respeto a las libertades fundamentales que caracterizan a las democracias modernas, especialmente en un momento donde el país se prepara para definir su futuro político en las urnas.