En un giro preocupante para la transparencia institucional, el Hospital Escuela emitió una circular oficial que prohíbe a los médicos divulgar las carencias que enfrenta el centro asistencial.

La medida, firmada por el jefe de talento humano, Rony Sierra, se ampara en el artículo 37 de la Ley de Servicio Civil, apelando a la “discreción” sobre lo que ocurre dentro del hospital.
Sin embargo, esta acción ha sido interpretada por muchos como una mordaza que vulnera el derecho de los profesionales de la salud a denunciar las condiciones precarias que afectan directamente la atención a los pacientes.
En las últimas semanas, se han reportado serias dificultades en la entrega de insumos, medicamentos y una creciente mora quirúrgica, evidenciada por los testimonios tanto de médicos como de pacientes.
Silenciar a quienes están en la primera línea de atención no resuelve la crisis: la agrava.
La salud pública exige rendición de cuentas, no censura. En lugar de ocultar las debilidades, se debería escuchar a quienes las enfrentan día a día, para construir soluciones reales y sostenibles.