La Iglesia católica ha iniciado el cónclave en la Capilla Sixtina del Vaticano, donde 133 cardenales se han reunido para elegir al próximo pontífice.

Este proceso, que se desarrolla bajo estrictas normas de confidencialidad y tradición, marcará el rumbo de la Iglesia en los próximos años.
El cónclave se celebra tras el fallecimiento del papa Francisco el 21 de abril de 2025, quien dirigió la Iglesia durante 12 años.
La elección del nuevo líder es crucial, ya que deberá enfrentar desafíos como la pobreza global, los regímenes autoritarios y los escándalos de abusos sexuales que han afectado la reputación de la Iglesia.
Proceso de elección
El cónclave comenzó con la misa “Pro Eligendo Pontefice” en la Basílica de San Pedro, seguida de una procesión de los cardenales a la Capilla Sixtina.
Una vez dentro, los purpurados prestaron juramento de secreto absoluto, bajo pena de excomunión, y se procedió a la primera votación.
Cada día se realizarán cuatro escrutinios, dos por la mañana y dos por la tarde. Si después de tres días no se alcanza un consenso, los cardenales tendrán un día de reflexión antes de continuar con las votaciones.
La elección se anunciará con la tradicional fumata: humo negro indica que no hay acuerdo, mientras que el humo blanco confirma la elección de un nuevo papa.
Candidatos principales
Entre los nombres que han ganado fuerza en el Vaticano se encuentran:
- Pietro Parolin (Italia): Secretario de Estado del Vaticano, con amplia trayectoria diplomática.
- Luis Antonio Tagle (Filipinas): Arzobispo de Manila, cercano a las reformas de Francisco.
- Pierbattista Pizzaballa (Jerusalén): Promotor del diálogo interreligioso y la paz.
El cónclave ha generado gran expectativa entre los fieles y la comunidad internacional. Miles de peregrinos han llegado a Roma para presenciar el momento en que el humo blanco anuncie al nuevo líder de los 1.400 millones de católicos en el mundo.
La elección del próximo papa será determinante para el futuro de la Iglesia, en un contexto de cambios sociales, crisis de fe y desafíos globales. Se espera que el nuevo pontífice continúe con las reformas iniciadas por Francisco o marque un giro hacia una postura más conservadora.
El mundo aguarda el “Habemus Papam”, que definirá el rumbo de la Iglesia en los próximos años.