Hondumedios

La revictimización de Angie Peña

No puedo empezar sin decirle a la familia, que solidarizarme con ellos no es suficiente ni hace ningún efecto a su situación, pero mis pensamientos están con ellos, deseo que Angie regrese bien a casa y que eso pueda sanar todo el dolor y sufrimiento que esta situación ha ocasionado.

Por :Juan Carlos Degrandez 

Sabemos muy poco del caso de Angie, la mayoría de la información que se obtiene es por parte de los medios de comunicación que recogen información de “fuentes” a lo interno del proceso investigativo, lo cual muestra la primera falla en este caso.

Sin embargo, lo más complejo para la familia, han sido las declaraciones en varias ocasiones de la viceministra de seguridad, Julissa Villanueva, quien no se sabe si lo hace para captar la atención de los medios y la población o si realmente ella está enviando un SOS de manera pública para presionar a los entes de investigación y judiciales del país para que ejecuten acciones con base en la información que tienen en manos.

Esta segunda teoría, toma algo de sentido cuando, luego de sus declaraciones, se hicieron capturas que se supone están ligadas directamente al caso o al menos eso nos dan a entender, todo esto a pesar de que las autoridades policiales la contradicen a la viceministra Villanueva en sus declaraciones.

El mayor riesgo en este vaivén de declaraciones y contradicciones, se lleva la víctima, están exponiéndola al decir que saben dónde está, que la han visto con vida o que están muy cerca, el captor al verse acorralado, actuará de forma desesperada y podrían sacarla de lugar donde ha estado o peor aún, acabar con su vida.

Esto deja en evidencia que hay un cuello de botella en el caso de la joven Peña y en miles de casos más, y que a lo interno de estos entes no se actúa de manera coordinada para obtener los mejores resultados, pero también arroja la siguiente preocupación: ¿Cuánto tiempo se ha perdido en el caso de Angie y qué consecuencias podría dejar este lento actuar?

Cómo funcionan las redes de trata de personas

En el sombrío panorama de la trata de personas es algo evidente y diario, la explotación sexual y laboral emerge como uno de los flagelos más desgarradores y persistentes. Dentro de esta dolorosa realidad, las mujeres de la región, incluyendo aquellas provenientes de Honduras, son frecuentes víctimas de una red de abuso, sufrimiento y explotación. Detrás de esta tragedia se encuentran organizaciones criminales con tentáculos que se extienden por todo el continente, perpetrando un comercio humano que roba la dignidad y la libertad de sus víctimas.

Honduras, como muchos otros países de América Latina, enfrenta una realidad desgarradora en cuanto a la trata de personas. Según datos de organizaciones internacionales, el país centroamericano es una de las naciones de origen, tránsito y destino de personas sujetas a trata. Las cifras son impactantes: se estima que al menos 24,000 personas son víctimas de trata en Honduras, con un porcentaje significativo siendo mujeres y niñas sometidas a explotación sexual y laboral.

Las redes de trata de personas operan con una complejidad que desafía los esfuerzos de las autoridades y las organizaciones dedicadas a combatirlas. Estas organizaciones criminales establecen una red de contactos que se extiende desde las comunidades locales hasta las fronteras internacionales. Utilizan métodos sofisticados para reclutar, engañar y, en muchos casos, secuestrar a mujeres jóvenes y vulnerables.

Las estrategias empleadas por estas organizaciones son diversas y despiadadas Promesas de empleo bien remunerado, relaciones afectivas falsas, viajes y vidas lujosas, los perpetradores utilizan cualquier medio para ganarse la confianza de sus víctimas. En algunos casos, recurren a la violencia física y psicológica para someterlas a su voluntad. El reclutamiento también puede ocurrir a través de familiares o conocidos que actúan como intermediarios de las redes de trata, los contactos a través de redes sociales y/o personas que nunca imaginaríamos que son parte de la red, muestran a sus posibles víctimas los estilos de vida de ensueño que llevan, sin el mayor esfuerzo para haberlo alcanzado.

Destinos Finales: La Trágica Realidad de la Explotación

Una vez en manos de los traficantes, las mujeres son llevadas a destinos finales que a menudo están lejos de sus hogares y comunidades. Muchas son transportadas a través de fronteras internacionales, donde son sometidas a condiciones de esclavitud moderna en burdeles clandestinos, clubes nocturnos, hoteles o incluso residencias privadas. La explotación sexual se convierte en su única realidad, privándolas de su libertad, dignidad y derechos humanos más básicos. España (entre otros países europeos), EE. UU. y México son el destino más común para las víctimas.

La Necesidad de Acción Colectiva

Las redes criminales operan con mucha fuerza en Honduras y no parece existir una voluntad fuerte para combatirlas, gastamos recursos en foros o lujosas reuniones para hablar sobre el tema, pero muy poco para actuar de forma decidida, las mujeres vieron una esperanza en temas de atención al género en la presidente Xiomara Castro de Zelaya, pero esa se ha desvanecido con el pasar de los meses y esta esperanza, se volvió preocupación y alarma por el avance de la violencia contra la mujer.

La lucha contra la trata de personas y la explotación sexual de mujeres en América Latina, incluyendo Honduras, requiere un enfoque integral y colaborativo. Es necesario fortalecer la cooperación entre los gobiernos, las fuerzas del orden, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil para prevenir, investigar y sancionar estos crímenes atroces. Además, se deben implementar políticas y programas que aborden las causas subyacentes de la vulnerabilidad, como la pobreza, la falta de educación y la desigualdad de género.

En última instancia, proteger a las mujeres y niñas de la explotación sexual no es solo un imperativo moral, sino un compromiso ineludible con la justicia y la dignidad humana. Solo mediante una acción colectiva y decidida podemos poner fin a esta dolorosa realidad y brindar un rayo de esperanza a quienes han sido atrapadas en las garras de la trata de personas.

Angie, deseo de todo corazón que estés bien, que vuelvas con tu familia y que juntos puedan recorrer el mundo viendo auroras boreales, visitando las mejores playas y en su regreso a Honduras, puedan comer un plato de nuestra deliciosa comida típica, serás luz para muchas niñas y jóvenes en tu tierra y el mundo, Dios contigo.

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