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Líderes políticos rinden homenaje al legado del Papa Francisco

La muerte del Papa Francisco, el primer pontífice americano, ha generado una ola de condolencias y homenajes por parte de presidentes y líderes políticos de América.

Su legado como defensor de los derechos humanos, la paz y los más vulnerables ha sido destacado en mensajes oficiales y declaraciones públicas.

Desde Estados Unidos, el presidente Donald Trump expresó su pesar, recordando los momentos de colaboración y también los desencuentros que tuvieron sobre temas como la inmigración.

En Argentina, su país natal, el presidente Javier Milei resaltó la lucha incansable del Papa por proteger la vida y su capacidad de acercar la Iglesia al pueblo.

Brasil, bajo el liderazgo de Luiz Inácio Lula da Silva, decretó siete días de luto oficial, destacando la forma en que Francisco llevó amor donde había odio.

Otros líderes, como Claudia Sheinbaum de México y Daniel Noboa de Ecuador, subrayaron la cercanía del Papa con los pobres y su valentía para hacer las cosas de manera diferente.

En Honduras, la presidenta Xiomara Castro recordó con gratitud su encuentro personal con el pontífice y destacó sus consejos sobre cómo combatir la pobreza.

El primer ministro de Canadá, Mark Carne recordó que, en la reunión del Vaticano en 2014, el papa lanzó un desafío que lo ha guiado desde entonces: «Comparó a la humanidad con el vino -rica, diversa, llena de espíritu-, y al mercado con la ‘grappa’ -destilado, intenso y, en ocasiones, desconectado».

Gustavo Petro, presidente de Colombia, destacó que Francisco «comprendió perfectamente su papel como líder espiritual en la gran lucha por la vida. En las causas codiciosas de la extinción».

Por su parte, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, expresó su «profundo pesar» por el fallecimiento del papa y lo describió como un «líder espiritual transformador» que «no dudó en incomodar a los poderosos con la verdad del Evangelio». 

Desde Chile, Gabriel Boric subrayó que Francisco «hizo un genuino esfuerzo por acercar la iglesia al pueblo en un mundo donde lo espiritual pareciera haber pasado a un segundo plano».

Daniel Noboa, mandatario de Ecuador, afirmó que el mundo ha perdido un líder espiritual que se destacó por su «valentía de hacer las cosas diferentes, su sencillez y su fe» con la que marcó una era.

A nombre de todos los panameños, su Gobierno y su familia, José Raúl Mulino, presidente de Panamá, trasladó su «sentimiento y profundo» por la muerte del papa y dijo que su «paso por el Vaticano dejó grandes huellas y en los corazones del mundo grandes simpatías, aprecios y reconocimientos».

Santiago Peña, jefe de Estado de Paraguay, consideró que el papa «fue un testimonio de fe, humildad y amor al prójimo» y «deja un legado de servicio y compromiso con los más vulnerables».

«Se fue quizás en el momento en el que el mundo más lo necesitaba», lamentó el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, quien destacó que «siempre supo decir lo que sentía y pensaba, a quien tuviera que escuchar».

Luis Abinader, presidente de República Dominicana, se unió «a las plegarias de la Iglesia católica y sus fieles, así como a millones de personas alrededor del mundo que reconocemos su liderazgo, legado en favor de la paz, la promoción y defensa de los derechos humanos y el noble servicio a los más necesitados».

Desde Bolivia, el mandatario Luis Arce definió al papa como «un amigo incondicional de la Patria Grande y ferviente defensor de los más vulnerables», y destacó sus mensajes en favor del medioambiente.

En representación de El Salvador, el vicepresidente Félix Ulloa aseguró que Francisco «le dio un nuevo rostro a la Iglesia católica que la acercaron más a Dios».

El Gobierno de Costa Rica extendió sus condolencias a la comunidad católica mundial, a la Santa Sede y a la familia de Jorge Mario Bergoglio por la partida de un «líder espiritual que dejó un legado histórico de humildad, amor por el prójimo, compromiso social y promoción de la paz».

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, recordó a Bergoglio como «un hombre de paz y de sabiduría, un hombre que, en su sencillez y desde la humildad, demostró su grandeza». 

El impacto de su partida trasciende fronteras, dejando un vacío en la Iglesia Católica y en el corazón de millones de fieles.

Su legado de humanidad y justicia será recordado como un faro de esperanza para generaciones futuras.

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