La tensión dentro del Tribunal de Justicia Electoral (TJE) se intensificó este jueves luego de que el magistrado Mario Morazán Aguilera denunciara presuntas irregularidades en la convocatoria y desarrollo de una sesión jurisdiccional.
Sin embargo, sus colegas Mario Flores Urrutia y Miriam Barahona rechazaron categóricamente sus declaraciones, calificándolas como falsas y carentes de fundamento.
El magistrado Mario Flores Urrutia aseguró que Morazán participó activamente en la discusión de la agenda y que incluso dio visto bueno al quórum para instalar la sesión.
“Una vez decidimos proceder a la votación, se retiró de manera injustificada, negándose a firmar la resolución adoptada por mayoría de votos”, declaró.
Flores Urrutia también negó que se hayan cometido irregularidades en el tratamiento del recurso interpuesto por el diputado Jorge Cálix, afirmando que todo se realizó conforme a la normativa vigente.
La magistrada Barahona fue más contundente, al denunciar públicamente a Morazán por incumplimiento de sus deberes como funcionario de la República, solicitando al Ministerio Público que investigue su conducta.
“Mario Morazán es poco profesional y abandonó la sesión solo por no estar de acuerdo que se decida por mayoría”, expresó.
El enfrentamiento entre magistrados se da en medio de la revisión de expedientes sensibles, como el de la candidatura del diputado Jorge Cálix.
La sesión en cuestión fue convocada para conocer medidas cautelares, pero terminó envuelta en controversia por el retiro de Morazán antes de la votación.
Este episodio revela divisiones internas en el órgano electoral y plantea interrogantes sobre la gobernabilidad y transparencia en la toma de decisiones que afectan directamente el proceso democrático.
