La Misión de Observación Electoral (MOE) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) emitió un llamado contundente al Estado hondureño a garantizar la independencia y autonomía de las autoridades electorales es indispensable para la credibilidad del proceso democrático.

El mensaje, aunque diplomático, refleja una creciente preocupación internacional por el rumbo que está tomando el proceso electoral en Honduras.
Encabezada por el excanciller paraguayo Eladio Loizaga, la misión expresó su alarma ante las denuncias de injerencias y presiones externas que han llevado incluso a que algunos consejeros del Consejo Nacional Electoral (CNE) consideren abandonar sus cargos.
Esta situación, según la MOE, pone en riesgo el enfoque técnico y neutral que debe regir el trabajo del órgano electoral.
La advertencia llega en un momento crítico, cuando el oficialismo ha sido acusado de intentar manipular la composición del CNE y judicializar el proceso electoral. La reciente represión contra manifestantes opositores y el respaldo abierto del gobierno a su candidato dentro del CNE, Marlon Ochoa, han encendido las alarmas tanto dentro como fuera del país.

La MOE también instó a los actores políticos a moderar el tono de sus discursos, advirtiendo que la retórica incendiaria puede afectar el desarrollo pacífico de la etapa preelectoral. Este llamado parece dirigido tanto al oficialismo, que ha movilizado a sus bases con consignas de confrontación, como a sectores de la oposición que denuncian un intento de instaurar un régimen autoritario.
Además, la misión enfatizó la necesidad de evitar la judicialización de las candidaturas y de garantizar que todos los aspirantes puedan hacer campaña en condiciones de equidad, respeto y seguridad. En otras palabras, la OEA está pidiendo que se respete el juego democrático en su forma más básica.
Durante su visita, la MOE se reunió con todos los candidatos presidenciales, autoridades del Ejecutivo, el Congreso, el CNE y representantes de la comunidad internacional. Aunque agradeció la apertura de los encuentros, el tono del comunicado final deja claro que la comunidad internacional observa con atención —y con creciente inquietud— el desarrollo del proceso electoral hondureño.