El expresidente hondureño Porfirio Lobo Sosa, crítica este miércoles el anuncio de su homólogo Manuel Zelaya, quien aseguró tener 30 mil colectivos entrenados para movilizarse en defensa del gobierno.

Lobo minimizó el poder de estos grupos, afirmando que “no son nada comparado con lo que pueden mover los partidos políticos, la gente y la sociedad civil”.
Las declaraciones de Zelaya y del líder de los colectivos, Melvin Cevallos, quien incluso afirmó que “si es necesario agarrar las armas para defender su gobierno lo harán”, han encendido las alarmas sobre el rumbo del discurso político oficialista.
En contraste, Lobo hizo un llamado a la población a no temer y a confiar en la fuerza de los sectores democráticos.
“La población está descontenta con este gobierno, ya no quieren que sigan, les darán el voto de castigo, por eso están haciendo todo lo que esté en sus manos para que no haya elecciones en noviembre y quedarse en el poder”, apuntó.
¿Colectivos como instrumento político?
Los llamados “colectivos” del partido Libre han sido comparados con grupos de choque en regímenes autoritarios. Su normalización como actores políticos organizados y potencialmente armados representa una grave amenaza para la institucionalidad democrática.
Lobo advierte que aún no se han movilizado sectores como el nacionalismo, los liberales, los independientes y las iglesias, lo que podría cambiar el equilibrio de poder si la confrontación escala.
Las palabras de Porfirio Lobo no solo son una respuesta política, sino un llamado de alerta ante lo que él considera una estrategia para boicotear las elecciones de noviembre y perpetuarse en el poder.
En este contexto, la ciudadanía se encuentra en medio de una disputa entre la defensa institucional y la presión callejera, con el riesgo de que la democracia sea sustituida por la fuerza.