Una denuncia del excongresista estadounidense Matt Gaetz ha encendido las alarmas sobre el estado operativo del Aeropuerto Internacional Palmerola, en Comayagua, Honduras.

Según Gaetz, los radares y luces de pista de última generación permanecen apagados, mientras se utilizan equipos improvisados que comprometen la seguridad de tropas estadounidenses y viajeros civiles.
Esta afirmación, lejos de ser un simple reclamo técnico, se inserta en un complejo tablero de tensiones diplomáticas, seguridad regional y soberanía nacional.
En un video publicado en su cuenta de X, Gaetz describió a Palmerola como un “centro de operaciones avanzado de Estados Unidos en Centroamérica”, clave para misiones humanitarias, antinarcóticos y de vigilancia migratoria.
Señaló que el aeropuerto opera con aparatos conectados a extensiones eléctricas, lo que calificó como una situación “no accidental” y “degradada”.
“Encender las luces de radar de Palmerola es una cuestión de seguridad para nuestras tropas y para los viajeros estadounidenses”, afirmó Gaetz.
Gaetz vinculó el deterioro de Palmerola con el giro diplomático de Honduras hacia China, recordando la visita oficial de la presidenta Xiomara Castro a Beijing en 2023 y la firma de acuerdos de cooperación en infraestructura.
Según él, el gobierno hondureño estaría degradando deliberadamente la infraestructura como gesto de hostilidad hacia el ejército estadounidense.
Este señalamiento revive el debate sobre la influencia creciente de China en América Latina y los dilemas que enfrentan países como Honduras al equilibrar sus relaciones con potencias globales.

El jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, Roosevelt Hernández, reconoció que el país carece de radares funcionales para detectar vuelos vinculados al narcotráfico.
Informó que se está desarrollando un radar propio con ingenieros hondureños. Esta declaración, aunque muestra iniciativa, también evidencia una vulnerabilidad tecnológica que podría ser aprovechada por actores ilícitos o generar desconfianza internacional.
¿Negligencia o soberanía?
La denuncia de Gaetz puede interpretarse como una presión diplomática para que Honduras mantenga estándares operativos alineados con los intereses de EE. UU. Sin embargo, también plantea preguntas sobre el derecho soberano de Honduras a decidir cómo gestiona sus instalaciones.
El tono confrontativo de Gaetz, conocido por su estilo directo, podría estar más orientado a generar impacto político que a resolver técnicamente el problema.
Su mención de expresidentes hondureños condenados en EE. UU. sugiere una intención de intimidación más que de cooperación.
La denuncia pone en evidencia cómo la infraestructura aeroportuaria puede convertirse en un símbolo de alineación geopolítica. Cada radar apagado parece enviar un mensaje dónde se inclina Honduras en el juego de poder global.
La situación en Palmerola no puede reducirse a una falla técnica. Es un espejo de las tensiones entre soberanía nacional, cooperación internacional y rivalidades geopolíticas.
Honduras enfrenta el reto de fortalecer su infraestructura sin perder autonomía, mientras Estados Unidos y China observan cada movimiento con lupa. En este contexto, encender los radares no es solo una cuestión de seguridad: es una decisión política con múltiples lecturas.