Hondumedios

¿Y ahora quién podrá defendernos?

Las Fuerzas Armadas han sido siempre la institución que, en cada crisis que ha vivido este país, salió a arriesgar su vida.

Por: Juan Carlos Degrandez, experto en seguridad

Cuando las fuerzas del orden y seguridad atrapan un criminal, nos ocasiona alegría y hasta cierto placer, pues un criminal que nos ha dañado quitándonos nuestras posesiones, nuestro dinero, nuestra paz o incluso vidas, estará pagando en una cárcel y ya no será de riesgo para nadie más, y aunque exista la posibilidad que salga en libertad por nuestro obsoleto sistema de justicia, sabemos que recibió su merecido y fue marcado como lo que es, un criminal.

Ha pasado por muchos años que la población les ha otorgado el poder y confianza a los políticos. La fuerza que representa la masa poblacional fue entregada de forma voluntaria a pequeñas cúpulas o familias del ámbito político.

Ahora actúan como nuestros dueños y se distribuyen nuestro país en nuestras caras. Cada vez hay menos para la población y más para ellos.

Ahora, delincuentes de cuello blanco, con todas las evidencias en su contra, no solo están en libertad, también tienen jugosos salarios, beneficios, carros de lujo y viajes, pagados por nosotros, es decir, nos roban dos veces y al parecer no nos importa.

Pero realmente no es que no nos importe; han creado tantas crisis y cortinas de humo para tenernos entretenidos pensando en otros problemas como el aumento a la canasta básica, el costo de la energía o la inseguridad que nos mantiene sumergidos en el pánico día con día, es decir, nos distraen con asuntos que nos golpean de forma directa para que ellos en sus cúpulas puedan seguirse protegiendo y abusando del poder, sin tener oposición alguna.

Nuestra esperanza mucho tiempo fue el balance en el poder político y en los poderes del Estado, pero estos solo son distribuidos en porciones para que cada quien obtenga su tajada. La oposición se dedica a campañas políticas burdas que no generan esperanza a futuro; solo alimentan el circo en el que han transformado a nuestro país.

Las Fuerzas Armadas han sido siempre la institución que, en cada crisis que ha vivido este país, salió a arriesgar su vida. No hay una sola situación complicada en nuestra amada Honduras, en la cual estas mujeres y hombres de fatiga no hayan salido de frente, incluso cuando fue para defender la constitución y defender nuestra democracia; Dios ilumine a los líderes de tan grande institución en estos tiempos oscuros para nuestra patria.

En mis plegarias, siempre pido a Dios para que levante un líder digno de un país tan bello y rico como Honduras, un líder honrado, trabajador y con la experiencia e inteligencia suficiente para dirigir el destino de esta nación y su población. Esta mujer u hombre debe poner a Dios primero, para obtener la sabiduría necesaria.

Estamos viviendo de esperanza, esperando que alguien más haga algo, y se nos destruye lo poco que queda de país frente a nuestros ojos; levantemos nuestra voz, mostremos oposición, votemos por quienes tengan las características necesarias y no sigamos creyendo en aquellos que se auto denominan los representantes del pueblo y hablan y deciden en nuestro nombre.

Dios bendiga a Honduras.

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