Hondumedios

¿A quién servir y proteger? El crucial dilema de los cuerpos de seguridad

¡Compatriotas que velan por nuestra seguridad!

Por Juan Carlos Degrandez 

En este momento crucial de nuestra historia, cuando los desafíos y las adversidades amenazan la integridad y el bienestar de nuestra amada patria y sus hijos, es esencial que cada uno de nosotros, especialmente aquellos encargados de velar por nuestra seguridad, recuerden el sagrado deber que tenemos de construir un mejor país.

He tenido el privilegio de servir con ustedes, admiro su esfuerzo y sacrificio, pero no deben permitir que la seguridad de nuestra tierra y de nuestros ciudadanos sea un pilar sobre el cual se erijan agendas políticas mezquinas y egoístas.

No podemos permitir que los intereses de unos pocos oscurezcan el horizonte luminoso de la justicia y la protección para todos.

Hoy, hago un llamado urgente a todos los servidores públicos en el sector de seguridad: pongan a la patria antes que cualquier otro interés. Su compromiso debe ser con la defensa de los valores fundamentales de nuestra nación, con la salvaguarda de la vida y la libertad de cada uno de nuestros conciudadanos.

Recordemos siempre que nuestra lealtad no está con ningún partido político o figura de autoridad, sino con los principios de justicia, equidad y dignidad que constituyen el alma misma de nuestra patria.

Es nuestro deber servir con integridad, valentía y dedicación, incluso cuando enfrentemos presiones externas o tentaciones egoístas.

Que cada acción que emprendamos en nuestras funciones públicas esté guiada por el amor a la patria y el respeto por sus ciudadanos.

Que nuestros esfuerzos se enfoquen en fortalecer la seguridad y el bienestar de todos, sin distinción ni favoritismos. El Señor Dios de los ejércitos ve su trabajo y escucha su oración, pues ustedes también trabajan por el futuro de sus hijos.

Esa debe ser suficiente motivación para evitar caer en las tentaciones del dinero, el poder y la adulación.

Por nuestra patria, ¿qué diferencia haríamos si todos tuviéramos un decilitro de amor, empujando en la misma dirección, con la visión puesta en donde queremos estar y en cuanto bien podemos hacer juntos?

Hoy más que nunca, necesitamos unirnos en un solo propósito: el servicio desinteresado a nuestra patria. Que el compromiso con la seguridad y la justicia sea nuestro estandarte, y que, en cada acto y decisión, recordemos que somos guardianes de la esperanza y la prosperidad de nuestra nación.

 ¡Por una patria segura, justa y próspera! ¡Que viva Honduras!

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