El 17 de julio de 2014 en Brasilia (Brasil), el presidente chino, Xi Jinping, declaró durante el encuentro de líderes China-América Latina y el Caribe: “Esta tarde entramos en la ‘hora China-América Latina'”.
En la misma reunión, considerada como un “evento histórico con impacto global”, Xi formuló el discurso de apertura y propuso por primera vez la iniciativa de construir una comunidad de futuro compartido entre China y América Latina y el Caribe.

Al recordar el discurso de Xi que escuchó hace diez años, Fausto Pinato, diputado brasileño y presidente del Frente Parlamentario Brasil-China, destacó que la propuesta china ha demostrado un importante compromiso con la región, basado en una visión multilateral del mundo.
“La asociación entre China y América Latina es un claro ejemplo de cómo la cooperación internacional puede generar importantes beneficios para todas las partes implicadas”, expresó Pinato.
SOCIOS PARA EL DESARROLLO COMÚN
“Los sueños y objetivos comunes vinculan estrechamente a China y América Latina y el Caribe”, apuntó Xi hace diez años, teniendo en cuenta el similar período de desarrollo en el que se encontraban como países en desarrollo y economías emergentes.
A pesar de la distancia geográfica, China concede gran relevancia al desarrollo de sus relaciones con los países latinoamericanos, y siempre los considera como socios importantes para consolidar la unidad del mundo en desarrollo y promover la cooperación Sur-Sur.
En junio pasado, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, realizó su primera visita de Estado a China, en la que recorrió Shenzhen, Shanghai, Suzhou y otros lugares, para tener una experiencia personal sobre la modernización china.
Al reunirse con su homólogo chino, Boluarte expresó su admiración por los grandes logros de China, y dijo esperar aprender de la exitosa experiencia del país asiático y ampliar la cooperación pragmática bilateral para un mejor desarrollo de Perú.

Xi destacó a su vez que China apoya a Perú en el seguimiento de una vía de desarrollo ajustada a sus condiciones nacionales y está dispuesta a trabajar con Perú y otros países latinoamericanos y caribeños para promover la cooperación en general.
China y Perú, según afirmó el mandatario chino, deben ampliar la coordinación y promover el desarrollo común del Sur Global.
Desde 2023, Xi se ha reunido, enviado cartas o mensajes y mantenido conversaciones telefónicas con los jefes de Estado y de Gobierno de Brasil, Honduras, Guyana, Venezuela, Chile, Argentina, Colombia, México, Uruguay, Surinam, Perú, Cuba, Barbados, Antigua y Barbuda y Dominica, entre otros países latinoamericanos y caribeños.
Además, en los últimos años, Panamá, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua y Honduras han establecido o reanudado lazos diplomáticos con China.
Para Penildon Silva Filho, profesor de la Universidad Federal de Bahía (UFBA), en Brasil, las intensas visitas de jefes de Estado y altos funcionarios de países latinoamericanos a China confirman una vez más la tendencia de “mirar hacia el este”.
“La relación de China con América Latina se inscribe en un nuevo marco, en una nueva situación, en la creación de un mundo multipolar. Asia es hoy el gran motor económico del planeta. Así que, en este sentido, se justifica una mayor relación entre los países latinoamericanos y China”, afirmó.

ESTRECHOS LAZOS DE INTERCONEXIÓN
Xi ha enfatizado en repetidas ocasiones que China está dispuesta a trabajar con América Latina y el Caribe para promover la construcción conjunta de la Franja y la Ruta e impulsar una cooperación más profunda y sustancial entre ambas partes.
En la actualidad, 22 países latinoamericanos y caribeños han firmado documentos de cooperación con China sobre la iniciativa de la Franja y la Ruta, de la cual han salido fructíferos proyectos como la modernización del puerto Saint John, en Antigua y Barbuda; o la rehabilitación del ferrocarril Belgrano Cargas, en Argentina; o la red de transmisión de electricidad de ultra alta tensión desde la central hidroeléctrica de Belo Monte, en Brasil; o la autopista de cuatro carriles que une la capital jamaicana, Kingston, con la ciudad turística de Ocho Ríos.
Estos proyectos, desarrollados en el marco de la Franja y la Ruta, han contribuido a mejorar la conectividad, elevar la eficiencia logística, incrementar el bienestar de los pueblos e iluminar la esperanza del desarrollo común, convirtiéndose en los importantes nexos en la construcción de una comunidad de futuro compartido China-América Latina y el Caribe.
La aldea de Botopasi, ubicada en el centro de Surinam, es uno de los beneficiados de esta cooperación. Su historia de falta de energía fue reescrita por los chinos, quienes promovieron la construcción de microrredes fotovoltaicas para llevar el consumo de energía ininterrumpida las 24 horas a miles de habitantes de la zona.
“Con la electricidad ininterrumpida, puedo estudiar por la noche”, dijo emocionado el niño local Dinio Adjako, de 13 años, añadiendo su firme creencia de que “la vida en nuestra zona será cada vez mejor”.
Fernando Fazzolari, miembro de la Cámara Argentino China de la Producción, la Industria y el Comercio, consideró que la construcción de la Franja y la Ruta ha tenido muy buena acogida en América Latina y el Caribe por su adhesión al principio de consulta amplia, contribución conjunta y ganancias compartidas y su enfoque en el beneficio mutuo en lugar del unilateral.
“El mundo hoy vive tiempos sumamente acelerados, y lo que consiguieron China y América Latina en diez años representaría un siglo en otras épocas, lo cual hace de esta iniciativa de comunidad de futuro compartido un fenómeno altamente promisorio”, aseguró.

CHINA COMO MERCADO CERCANO
En el discurso pronunciado hace diez años durante el encuentro de líderes China-América Latina y el Caribe, Xi resaltó que ambas partes, dadas sus economías altamente complementarias y estrategias de desarrollo convergentes, tienen las ventajas naturales para fortalecer la cooperación.
Desde 2012, China se ha posicionado como el segundo mayor socio comercial de la región. Y en 2023, el volumen comercial China-América Latina alcanzó la cifra récord de 489.000 millones de dólares.
En los últimos años, la cooperación económica y comercial entre China y la región latinoamericana y del Caribe ha venido expandiéndose desde áreas tradicionales hacia nuevas energías, tecnología digital, comercio electrónico transfronterizo, etc.
Osvaldo Mamani maneja una pequeña tienda en la ciudad turística de Arequipa (sur de Perú), en la que vende artesanías de lana de alpaca. El artesano peruano nunca imaginó que “un país del otro lado del mundo” le cambiaría completamente la vida.
Mamani, que apenas vendía más de cien piezas al año, recibió hace unos años su primer “enorme” pedido de 1.000 piezas desde China. Hoy en día, ha ampliado su taller de uno a tres pisos. Las muñecas hechas por su familia se venden en las plataformas online en China e incluso viajaron hasta el país asiático para participar en la Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE).
Manuel Velador, quien tiene un taller familiar para fabricar barriles para tequila y otros productos de madera en el estado mexicano de Jalisco, logra internacionalizar esas artesanías tradicionales mexicanas a través de las plataformas internacionales del comercio electrónico de China.
“Gracias a esas plataformas, he podido vender los productos a Estados Unidos, Europa y Asia”, dijo Velador, agregando que un 80 por ciento de sus clientes le llegan online, y que mediante las plataformas chinas él mismo puede seguir de cerca las últimas políticas de importación y exportación y participar en capacitaciones sobre la promoción online.