En la homilía dominical cargada de firmeza espiritual y crítica social, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez instó a los hondureños a no dejarse dominar por el miedo, incluso ante amenazas provenientes del poder político.

“El miedo va contra la fe. No podemos tener miedo en Honduras, aunque se nos amenace”, expresó, en un mensaje que resonó con fuerza en medio de crecientes tensiones electorales.
Inspirado en el Evangelio del día, el cardenal llamó a una vigilancia activa, no como pasividad religiosa, sino como disposición a actuar frente a las injusticias y desafíos que enfrenta el país. “Dios nos llama a una vigilancia que no es pasividad; al contrario, estar vigilantes quiere decir dispuestos a actuar”, afirmó ante los feligreses.
El mensaje del líder de la Iglesia Católica se da en un contexto marcado por confrontaciones entre el oficialismo y diversos sectores sociales, en vísperas de las elecciones generales del 30 de noviembre. Su llamado a no temer, incluso frente al uso del poder para intimidar, se interpreta como una crítica directa a los intentos de silenciar voces disidentes y a la creciente polarización política.
Rodríguez también reflexionó sobre la urgencia de vivir el presente con conciencia espiritual, recordando que “a la hora que menos piensen vendrá el Hijo del Hombre”, y exhortó a los hondureños a no postergar decisiones de fe ni de compromiso social. “Donde está tu tesoro, ahí está tu corazón. Nuestro tesoro debe estar en Dios y actuar”, añadió.
En un gesto de unidad interreligiosa, la Conferencia Episcopal de Honduras y la Confraternidad Evangélica han convocado a una gran caminata de oración por la paz, la unidad y la democracia, a realizarse el próximo sábado 16 de agosto en más de 50 ciudades del país. La movilización busca orar por el respeto a la voluntad ciudadana en las urnas, sin tintes partidistas, y con el único símbolo permitido: la bandera de Honduras y versículos bíblicos.
El cardenal concluyó su mensaje con una exhortación a no cansarse de hacer el bien, citando a San Pablo: “No nos cansemos de hacer el bien”, y pidió a los hondureños mantenerse firmes en la fe, atentos a la realidad nacional y comprometidos con la construcción de una Honduras más justa y pacífica.