A solo 12 días de las elecciones generales, las Fuerzas Armadas de Honduras notificaron oficialmente al Consejo Nacional Electoral (CNE) que no podrán facilitar las instalaciones del Campo de Parada Marte para el estacionamiento y resguardo de vehículos estatales destinados a la logística electoral.
La razón: el espacio está ocupado por el montaje de la tradicional “Villa Navideña de las Fuerzas Armadas”.
La comunicación, fechada el 18 de noviembre y firmada por el coronel Dennis Fuentes Borjas, oficial de enlace FF. AA.–CNE, responde a la solicitud enviada por el órgano electoral el día anterior.
En ella, la institución castrense detalla que las instalaciones se encuentran ocupadas por construcciones temporales, decoración e iluminación propias del evento recreativo, lo que imposibilita autorizar el apoyo requerido.
Un precedente institucional cuestionado
El CNE había solicitado Parada Marte como punto de resguardo y operación logística de vehículos del Estado, práctica habitual en procesos anteriores y parte de la coordinación interinstitucional que exige el mandato constitucional de las Fuerzas Armadas en materia electoral. La negativa rompe con esa tradición y coloca al ente electoral en una situación de vulnerabilidad logística en un momento de máxima exigencia.
La decisión de priorizar un evento recreativo sobre una solicitud operativa del órgano electoral ocurre en un contexto marcado por retrasos en la preparación electoral, tensiones institucionales y el escrutinio nacional e internacional sobre las condiciones para garantizar el voto ciudadano.
El contraste es evidente: mientras el país demanda certezas sobre la transparencia y eficacia del proceso, la institución castrense opta por destinar recursos y espacios a una actividad festiva, enviando un mensaje contradictorio respecto a su rol constitucional.
En su comunicación, las Fuerzas Armadas reiteran su “compromiso institucional con el proceso democrático y el bienestar de la población hondureña”. Sin embargo, el documento no ofrece alternativas para solventar el obstáculo logístico generado, dejando al CNE con un vacío operativo que debe resolverse en tiempo récord.
La negativa expone la fragilidad de la coordinación entre las instituciones responsables de garantizar el proceso electoral.
En un país bajo constante observación por la comunidad internacional, este tipo de decisiones alimenta dudas sobre la seriedad y la capacidad logística del proceso.
El compromiso declarado por las Fuerzas Armadas pierde fuerza frente a la ausencia de soluciones concretas.
Al final, la consecuencia recae sobre los votantes, quienes dependen de un proceso ordenado y confiable para ejercer su derecho.
La negativa de las Fuerzas Armadas a facilitar Parada Marte para fines electorales, en favor de un evento recreativo, refleja una peligrosa despriorización del mandato constitucional.


