El vicepresidente del Congreso Nacional y diputado del partido Libre, Rasel Tomé, afirmó que su bancada no aceptará la propuesta de Jhosy Toscano como nuevo representante del Partido Liberal ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), alegando serias violaciones a la Ley Electoral y cuestionando el trasfondo del nombramiento.
Tomé no escatimó en señalar como responsable de esta situación al ingeniero Salvador Nasralla, a quien acusó de actuar con mala intención y de manera emocional, supuestamente sin considerar la legalidad del proceso ni el consejo de sus asesores. “Eso viola la Ley Electoral, no se lo permitiremos. No jugará con el Congreso Nacional”, declaró Tomé
El diputado añadió que Libre fue generoso en otorgarle a Nasralla el más alto cargo que pudo ostentar dentro de la coalición, y que incluso le permitió ser candidato. Por ello, interpreta la actual decisión como una traición política, más que como una maniobra institucional legítima.
Tomé insistió que la Ley Electoral no permite que Toscano sea parte del pleno del CNE, aunque reconoció que el marco legal sí permite que renuncie como diputado y candidato para ocupar el nuevo cargo.
Esta ambigüedad alimenta el debate: ¿se trata realmente de una incompatibilidad legal, o de una interpretación conveniente que responde a intereses partidarios?
El rechazo al nombramiento no solo ilustra la falta de consenso entre las fuerzas políticas, sino que revive las tensiones entre Libre y las figuras externas que han formado parte de sus alianzas coyunturales.
La acusación de Tomé deja entrever un quiebre con Nasralla, y la posibilidad de que otros partidos se alineen detrás o en contra de esta posición.
En una coyuntura electoral sensible, cualquier fisura institucional puede alimentar la desconfianza ciudadana. El nombramiento del nuevo consejero no debe convertirse en una guerra de declaraciones, sino en un proceso transparente, legal y centrado en el fortalecimiento democrático.
