En un giro inesperado dentro del panorama político hondureño, ha trascendido que varios líderes del Partido Nacional estarían brindando su respaldo al actual alcalde del Distrito Central, Jorge Aldana, quien busca la reelección bajo la bandera del Partido Libertad y Refundación (Libre).

Este apoyo, según fuentes cercanas, sería exclusivamente para Aldana y no se extendería a la candidata presidencial de Libre, Rixi Moncada.
Entre los nombres que se mencionan como parte de este respaldo figuran David Chávez, Erasmo Portillo, Toño Rivera, Cristóbal Corrales, Carla López, Gerardo Cruz, Cynthia Murillo, Olman Argueta, Áfrico Madrid, Vilo Martínez, Julio Quiñónez, Vicky Chávez, Fernando Towel, Jorge Mejía, Fito Raquel, Feryd Basha, Gustavo Ridel, Mario Díaz y Mario Pineda.
Este fenómeno político se da en medio del aparente marginamiento de dos figuras clave del Partido Nacional: Nasry Asfura y Juan Diego Zelaya.
La ausencia de un liderazgo fuerte dentro del nacionalismo parece haber generado una dispersión de apoyos, algunos de los cuales han encontrado en Aldana una figura con capacidad de gestión y conexión popular.
Durante recientes reuniones intersectoriales en la capital, se ha confirmado la adhesión de exdirigentes nacionalistas como “Meme” Núñez, quien fue juramentado como militante activo de Libre.
Núñez expresó públicamente: “Fui cachureco, pero desde hoy soy de Libre y vamos a trabajar fuerte”. Este tipo de declaraciones han encendido el debate sobre la coherencia ideológica y la motivación detrás de estos cambios de bando.
Aunque Aldana ha agradecido el respaldo de estos nuevos aliados, el hecho de que el apoyo no se extienda a Rixi Moncada revela una fractura en la estrategia electoral de Libre.
Mientras algunos sectores ven en Aldana una figura pragmática y conciliadora, otros consideran que este tipo de alianzas podrían debilitar el discurso de refundación que promueve el partido.
Desde el Partido Nacional, no ha habido una postura oficial sobre esta migración de apoyos, aunque el presidente del partido expresó recientemente su solidaridad con Aldana en temas de seguridad, lo que podría interpretarse como un gesto de apertura política.
Este reacomodo de fuerzas plantea interrogantes sobre el futuro del bipartidismo en Honduras y sobre la autenticidad de los proyectos políticos que se construyen más desde la conveniencia que desde la convicción. ¿Estamos ante una nueva forma de hacer política o simplemente ante una estrategia electoral para sobrevivir en tiempos de incertidumbre?.