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Rechazo con dignidad: adolescente devuelve ayuda monetaria a diputada por romper su palabra

El joven Manuel Torres, quien se volvió viral por compartir su sueño de montar un negocio de lavado de carros, sorprendió en las últimas horas al solicitar públicamente a la diputada Isis Cuéllar que retire los 20 mil lempiras en efectivo que le donó para iniciar su emprendimiento.

“Ella me dijo que no lo iba a hacer público, y no me hizo caso. En verdad no lo quiero. Que venga a traer su dinero”, expresó el joven copaneco, durante un video difundido en redes sociales.

Manuel tomó la decisión de devolver los 20,000 lempiras entregados por la diputada Isis Cuéllar, tras sentir que su privacidad y confianza fueron vulneradas.

Desde los 14 años, Manuel ha luchado por construir su negocio de lavado de autos con esfuerzo y aprendizaje técnico. Sin recursos para mantenerlo abierto constantemente —a veces ni siquiera tiene para operar la bomba de agua— su mensaje ha sido sencillo pero profundo: no pide dádivas, pide trabajo. Quiere que los vecinos lleven sus carros, no que lo usen como escenografía para gestos políticos.

La controversia nace de una promesa rota. La diputada afirmó que su apoyo sería privado, pero al hacerse viral, lo que parecía un acto solidario terminó convertido en contenido para exposición mediática.

El joven decidió entonces rechazar la ayuda, evidenciando que no se trataba de falta de gratitud, sino de respeto a su historia personal y a su derecho de no ser instrumentalizado.

La sinceridad como valor político ausente

En un país donde los gestos públicos se entrelazan fácilmente con campañas anticipadas, la acción de Manuel —en medio de su vulnerabilidad— representa una crítica silenciosa pero contundente a quienes convierten la pobreza y la necesidad en oportunidades de visibilidad.

Su mensaje de disculpa por errores pasados y su llamado honesto al apoyo laboral despiertan mayor empatía que cualquier publicación con etiqueta política.

Manuel no sólo busca mantener a flote un carwash: sostiene una declaración poderosa sobre la dignidad del trabajo y la autenticidad humana.

Su rechazo a los 20,000 lempiras no es un simple gesto, es una toma de postura frente a una política que muchas veces confunde visibilidad con compromiso real.

 

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