Las compras directas realizadas por el gobierno de la presidenta Xiomara Castro han sido un tema de considerable debate en Honduras. Este método de adquisición, que permite al gobierno comprar bienes y servicios sin pasar por los procesos de licitación tradicionales, ha generado tanto elogios como críticas.
La presidenta Castro, autorizó las compras directas a algunas instituciones tras los efectos provocados por el paso de la Tormenta Tropical Sara, sin embargo, estas se han extendido a otros temas y no solo a los daños.
Las empresas autorizadas para realización de compras directas fueron Copeco, la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT); el Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS); la Secretaría de Desarrollo Comunitario, Agua y Saneamiento (SEDECOAS); y, la Secretaría Agricultura y Ganadería (SAG), con el fin de ayudar a minimizar los daños.
Sin embargo, helicópteros, medicamentos, granos básicos, contratación de servicios para atender zonas afectadas por lluvias o para construir cárceles de máxima seguridad en zonas protegidas, han sido algunas de compras realizadas hasta el momento.
Algo que sacó a relucir una problemática en cuando al uso y manejo de fondos fue lo vivido en el Materno Infantil del Hospital Escuela, donde los pacientes denunciaron la falta de insumos para su atención, elementos tan básicos como la falta de algodón el cual provocó la falta de ejecución de cirugías, son parte de lo vivido en el principal centro asistencial del país.
Cabe destacar, que el actual gobierno en sus inicios afirmó que las compras directas serían eliminadas pues estas no aseguran la transparencia por ser un tipo de fuente de corrupción, a pesar de este pensamiento inicial, se han autorizado las compras sin licitación mediante decretos de emergencia como lo sucedido con Sara.
Es importante recordar que estas son solo algunas de las compras que se han realizados pues los decretos de emergencia emitidos por el gobierno de la actual presidenta son 7, entre ellos; la autorización de compras directas a la Sesal, la ampliación del decreto de emergencia en Salud, la autorización de compra de granos básico, ejecución de Defensa del plan de seguridad, faculta a realizar contrataciones directas para el proyecto del ferrocarril interoceánico, la emergencia en Sistema penitenciario y por último el estado de emergencia por Tormenta Tropical Sara.
Estas compras a su vez carecen de transparencia, ya que uno de los principales problemas es la falta de transparencia. Sin los controles y equilibrios que ofrecen los procesos de licitación, existe un mayor riesgo de corrupción y mal uso de los fondos públicos.
Asimismo, la administración de Castro ha sido criticada por utilizar un método que anteriormente había condenado. Esta aparente contradicción ha generado desconfianza y cuestionamientos sobre la coherencia y la ética del gobierno.
Según diferentes Informes destacan deficiencias significativas en los procesos de adquisición, especialmente en la compra de medicamentos durante emergencias sanitarias. Estas deficiencias han afectado la calidad y disponibilidad de los productos adquiridos, lo que ha tenido un impacto negativo en la atención sanitaria.
Las compras directas realizadas por el gobierno de la presidenta Xiomara Castro presentan tanto ventajas como desventajas. Mientras que este método puede ofrecer rapidez y eficiencia en situaciones de emergencia, también plantea serios desafíos en términos de transparencia y gestión adecuada de los recursos públicos.
Para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos, es crucial que el gobierno implemente medidas de control y supervisión estrictas. Solo así se podrá asegurar que las compras directas se realicen de manera justa, efectiva y en beneficio de la población hondureña.