La construcción de una megacárcel en La Mosquitia, diseñada para albergar hasta 20,000 reos, ha desatado un intenso debate en Honduras.
Mientras las autoridades destacan el proyecto como un paso crucial para mejorar el sistema penitenciario, las comunidades originarias y ambientalistas expresan su preocupación por el impacto que esta obra podría tener en una de las regiones más biodiversas y ecológicamente frágiles del país.
La líder misquita Mirna Wood ha expresado un rotundo rechazo a la propuesta del gobierno de construir una cárcel de máxima seguridad en Mocorón, en el departamento de Gracias a Dios.
A través de sus declaraciones, Wood advirtió que el pueblo misquito no permitirá la ejecución de este proyecto, que considera una clara amenaza para la seguridad y autonomía de su región.
En su intervención, Wood destacó que la Mosquitia, hogar de los misquitos, tawahkas, pech y otros pueblos originarios, ha sido una zona de convivencia pacífica durante años, y señaló que la comunidad no permitirá lo que considera un abuso por parte de las autoridades de Defensa.
«El bello departamento de Gracias a Dios, donde vivimos los misquitos, tawahkas, pech y otros que han llegado a convivir en paz, no será escenario de un abuso más por parte de gobiernos. Solo a Dios le debemos respeto, y es a Él a quien agradecemos por cuidarnos y mantenernos durante todos estos años», afirmó.
Wood dirigió duras críticas al jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Leonel Hernández, y a la ministra de Defensa, Rixi Moncada, a quienes acusó de promover una iniciativa que vulnera los derechos y la seguridad de su pueblo, además de desconocer los convenios internacionales que prohíben proyectos de esta naturaleza en zonas protegidas.
«¿Por qué no construir un hospital para nuestra gente en lugar de traer recursos de alto peligro a nuestra tierra?» cuestionó la dirigente, enfatizando la urgencia de proyectos que beneficien directamente a las comunidades de la región.
Mirna Wood reiteró que los pueblos originarios de la Mosquitia están firmemente comprometidos a defender su territorio y sus derechos ancestrales, y advirtió que no cederán ante proyectos que pongan en riesgo la paz y el bienestar de su gente.
Esta postura refleja el descontento y la resistencia de los habitantes de la Mosquitia frente a lo que consideran una amenaza directa a su forma de vida y al equilibrio de su entorno.
